Los espermatozoides se pueden proteger con la criopreservación luego de la recolección y descongelarse cuando sean elegidos para su reproducción.
Las donaciones de esperma de hombres que ya han muerto son “éticamente permisibles”, aseguran médicos que buscan enfrentar la escasez de donantes vivos en Gran Bretaña.
Un estudio, publicado en la revista Journal of Medical Ethics, propone que los hombres puedan “registrar el deseo de donar su esperma después de la muerte para que lo usen” otras personas.
Tal procedimiento sería similar a la donación de órganos, escribieron los autores de la investigación, el doctor Nathan Hodson, de la Universidad de Leicester y el doctor Joshua Parker, del Hospital Wythenshawe de Manchester.
"Moralmente aceptable"
“Si es moralmente aceptable que las personas puedan donar sus tejidos para aliviar el sufrimiento de otros a través de ‘trasplantes que mejoran la vida’ en casos de enfermedades, no vemos ninguna razón para que esto no se pueda extender a otras formas de sufrimiento como la infertilidad, que también puede o no ser considerada una enfermedad”, señala el estudio.
La mecánica de la donación, dicen los autores, es completamente viable a través de electroeyaculación o métodos quirúrgicos.
Los autores afirman que los espermatozoides se pueden proteger con la criopreservación luego de la recolección y descongelarse cuando sean elegidos para su reproducción.
Los científicos señalaron que la recolección de esperma después de la muerte ha sido posible durante muchos años y existe evidencia de que se puede utilizar en la reproducción. Los espermatozoides recuperados incluso tras 48 horas del fallecimiento pueden generar embarazos viables y niños sanos, añadieron.
Escasez de donantes de esperma
Este proceso enfrentaría la actual escasez de donantes de esperma en Gran Bretaña, argumentan los autores, lo que ha llevado al país a importar espermatozoides donados comercialmente para hacer frente a la demanda de parejas que luchan por concebir.
Se estima que en 2017 se importaron 4.000 muestras de EE.UU. y otras 3.000 de Dinamarca, según el Departamento de Salud y Atención Social de Gran Bretaña.
Los investigadores sostuvieron que el esperma donado de esta manera podría ofrecer consuelo también a la familia del donante.
“Las familias en duelo comúnmente se consuelan al saber que los órganos de sus seres queridos fueron utilizados para mejorar la vida de otros”, afirmó la investigación.
“Dado el valor que la sociedad otorga a la paternidad y la crianza de los hijos, hay razones para creer que las familias de los donantes reaccionarían de manera similar con respecto a la donación de gametos”.
Regulaciones
Pero, de acuerdo a la Autoridad de Fertilización y Embriología Humana (Hfea, por sus siglas en inglés), los donantes deben ser evaluados siguiendo requisitos legales y orientación. Hfea es la agencia de Gran Bretaña que regula las clínicas de fertilidad.
Esto incluye exámenes médicos que solo pueden realizarse mientras el donante está vivo. En la actualidad, indica Hfea, los donantes deben estar completamente informados sobre el proceso y sus implicaciones, haber recibido asesoramiento y entregar consentimiento para el procedimiento.
“Ninguno de estos requisitos podría cumplirse si la donación se realiza después de la muerte. Esencialmente, significa que extraer esperma de un donante después de la muerte es actualmente ilegal”, aseguró una portavoz de Hfea en un comunicado a CNN.
Impacto para los futuros descendientes
Otros expertos cuestionaron el impacto que tendría utilizar un donante de esperma fallecido para los futuros descendientes.
Sarah Norcross, directora de la organización benéfica de fertilidad Progress Educational Trust, le dijo a CNN que en Gran Bretaña, las personas pueden descubrir la identidad de su donante a los 18 años.
“Si permitimos la donación de esperma después de la muerte, esa oportunidad se cerraría para las personas concebidas por estos donantes. ¿Qué piensan las personas concebidas por donación de esperma y cuál sería el impacto de nunca poder conocer a sus donantes?”, señaló Narcross.
El Dr. Allan Pacey, profesor de andrología en la Universidad de Sheffield, le dijo a CNN que no estaba de acuerdo con la recomendación del estudio.
“Dada la distancia que hemos recorrido en términos de reclutar donantes que estén dispuestos a ser identificados por personas concebidas por donantes, se siente como un paso atrás para entonces contar con donantes que están muertos y, por lo tanto, nunca tendrán la oportunidad de conocerlos”, dijo.
Pacey sostuvo que se sentía “muy incómodo con la idea”, y abogó por usar más recursos para reclutar donantes más jóvenes, sanos y dispuestos “quienes tienen una buena oportunidad de estar vivos cuando la persona concebida comience a sentir curiosidad por ellos”.
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