Cuando los Marlins de Miami se hicieron con los servicios de Jesús Aguilar, observaban en el inicialista a ese jugador que fue convocado al Juego de Estrellas en 2018. Y aunque el 2019 fue una temporada un poco decepcionante, el venezolano está listo para hacer borrón y cuenta nueva, llegando a un ambiente que lo tienen todo para empujarlo nuevamente al éxito.
El toletero pasó desde 2017 hasta mediados de 2019 con los Cerveceros de Miwaukee, antes de llegar a los Rays de Tampa Bay. Y ahora, con el uniforme de los Marlins, en su mente solo existe la consistencia y el deseo de recuperar el terreno que perdió el año pasado, cuando solo bateó para .236 con 12 cuadrangulares y 50 carreras fletadas.
“Estoy bastante contento por estar aquí. Creo que es una organización que tiene mucho talento. Espero dar lo mejor de mí para dar un buen show”, comentó el criollo al Unánimo Miami 990 sobre su impresión al momento de incorporarse a la organización.
“Espero mantenerme saludable y en la mejor forma física para competir al mejor nivel que puedo”, añadió.
Adicional a ello, Aguilar entiende que muchos latinos residen en Miami, por lo que jugar en el Marlins Park llevará consigo el sabor hogareño.
“Me sentiría contento, algo así como jugar en Venezuela. Creo que a los latinos nos caracteriza la algarabía”, dijo el slugger, quien buscará quedarse con el rol de inicialista, donde se la ha visto trabajando en estos primeros días de primavera.
Y aunque a su juicio no es un buen plan el trazarte estadísticas en mente, siempre está latente el deseo de repetir una zafra como la de hace dos campañas, cuando ligó .274 con 35 jonrones y 108 remolcadas.
“Ponerse números en la cabeza no es bueno, pero sería bueno repetir una campaña como la de 2018”, admitió el nativo de Maracay sobre sus metas para este 2020. No obstante, entiende que para volver a ser un bateador reconocido, tiene que esforzarse el doble. “Debo trabajar fuerte, tratar de hacer lo que sé hacer. Intentar que las cosas salgas bien”, culminó.
Junto a él en Miami se encuentra su compañero de cuadro Miguel Rojas, que también quiere mejorar y pulir ciertas aspectos de su ofensiva, al ya ser un buen guante en el campocorto.
A ellos se le suma Francisco Cervelli, que el cambiar de aires puede ser el remedio perfecto para sus últimas campañas plagadas de lesiones. Mientras que Pablo López y Eliéser Hernández tienen la tarea de consolidarse como dos brazos de confianza en el cuerpo de lanzadores.
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