Yasser Arafat, primer presidente de la Autoridad Nacional Palestina y Javier Pérez de Cuellar, se saludan durante una reunión en Ginebra en 1990. |
El diplomático peruano desempeñó el cargo entre 1982 y 1991 y será enterrado este viernes con honores de jefe de Estado
El exsecretario general de Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar ha muerto en su domicilio la noche de este miércoles a los 100 años, según ha informado la prensa peruana. El diplomático ocupó el cargo entre 1982 y 1991 y será enterrado este viernes con honores de jefe de Estado en el antiguo cementerio Presbitero Maestro, de Lima, con la presencia del presidente de Perú, Martín Vizcarra, que ha lamentado profundamente el fallecimiento de Pérez de Cuéllar en un mensaje en la red social Twitter.
Pérez de Cuéllar, quinto secretario general de la ONU, nació en Lima (Perú) el 19 de enero de 1920. Estudió Derecho en la Universidad Católica de Perú en Lima y desde 1940 trabajó en el Ministerio de Exteriores peruano. Cuatro años después, en 1944, comenzó su carrera diplomática como secretario de embajada primero en París y más tarde en Londres, La Paz y Río de Janeiro. En la legación brasileña también fue consejero y ministro consejero. Además, fue miembro de la delegación peruana en el primer periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU en 1946.
En 1961 regresó a Lima y fue nombrado director del departamento legal y de personal del ministerio peruano de Exteriores y un año después consiguió el rango de embajador. Ejerció por entonces como profesor de Derecho Diplomático en la Academia Diplomática y de Relaciones Internacionales en la Academia de la Guerra. Entre 1964 y 1966 fue embajador en Suiza y entre 1966 y 1969 fue secretario general (categoría que corresponde a viceministro) de Asuntos Exteriores de Perú.
En 1969 fue destinado a Moscú y estuvo al frente de las embajadas de Perú en la Unión Soviética y Polonia hasta 1971, año en el que fue nombrado Representante Permanente de su país en las Naciones Unidas, encabezando la delegación peruana en todos los periodos de sesiones de la Asamblea hasta 1975. En 1973 y 1974 representó a Perú en el Consejo de Seguridad, siendo presidente del organismo en julio de 1974, cuando se produjo el golpe de Estado en Chipre contra el arzobispo Makarios III y la ocupación turca del norte de la isla. Fue nombrado representante oficial del entonces secretario general de la ONU, el austriaco Kurt Waldheim, para Chipre hasta diciembre de 1977. Consiguió un gran logro diplomático en 1975 al comprometer en una negociación a los líderes de las comunidades griega y turca de Chipre.
El 27 de septiembre de 1979 fue nombrado Secretario General Adjunto de Naciones Unidas para asuntos políticos especiales. Estando en este puesto viajó en 1981 a Pakistán y Afganistán para ponerse al frente del proceso negociador abierto por ONU, desempeño que prosiguió pese a volver en mayo de 1981 al Ministerio de Exteriores peruano. En diciembre de 1981 fue nombrado secretario general de Naciones Unidas como alternativa a los vetos que China y Estados Unidos impusieron a las candidaturas de Kurt Waldheim y Salim A. Salim. El 1 de enero de 1982 se convirtió en el quinto secretario general de la ONU desde su fundación. En 1986 fue elegido para un segundo mandato hasta el final de 1991, siendo sustituido por el egipcio Butros Butros-Ghali.
Con fama de hábil y cauto negociador, Pérez de Cuéllar demostró durante sus dos mandatos tener particular interés por los asuntos relacionados con los países del Tercer Mundo. Fue decisivo su papel negociador en la guerra de las Malvinas entre Argentina y Reino Unido. Igual de importante fue su mediación en 1987 y 1988 para acordar la paz en el conflicto entre Irán e Irak. Apoyó también los esfuerzos negociadores del Grupo de Contadora, que actuó como marco para la pacificación de Centroamérica. Se vio envuelto en un caso de tráfico de influencias por el nombramiento como vicepresidente de una empresa propiedad de la corona marroquí, anunciado por la propia empresa y desmentido por Pérez de Cuéllar.
La oposición peruana al entonces presidente Alberto Fujimori lanzó la candidatura Unión Por el Perú y ofreció a Pérez de Cuéllar que disputara en 1995 las elecciones presidenciales. Aceptó el reto pero no consiguió derrotar al presidente. Dos años más tarde, denunció ante el Fiscal de la Nación un presunto espionaje telefónico cuando era candidato presidencial, investigado también por el Congreso. Cuando Fujimori renunció a la presidencia en noviembre de 2000 tras desatarse un escándalo por la difusión de un vídeo de Vladimiro Montesinos, hombre fuerte del régimen, aceptando un soborno, Pérez de Cuéllar fue nombrado jefe de Gobierno y ministro de Exteriores en el Ejecutivo de transición hasta las elecciones de abril de 2001. En septiembre de ese año fue nombrado embajador en Francia, cargo del que dimitió en 2004 descontento con las denuncias de corrupción en el Gobierno del presidente Alejandro Toledo. En 2010 salió al paso de un intento de estafa utilizando su nombre para solicitar donaciones para niños enfermos.
Pérez de Cuéllar recibió el premio Príncipe de Asturias en 1987 por su contribución a la promoción de la cooperación iberoamericana. Se casó con Yvette Roberts en primeras nupcias, con la que tuvo dos hijos y después con Marcela Temple. Sus dos esposas fallecieron en 2013. En julio de 2005 sufrió un infarto.
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