“Dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos”. Efesios 4:23 (NTV)
A lo largo de la Biblia vemos una importante verdad ilustrada una y otra vez: El Espíritu Santo libera su poder en el momento en que se da un paso de fe.
Cuando Josué se enfrentaba a una inaccesible barrera, las aguas del río Jordán retrocedieron sólo después de que los líderes avanzaron dentro de una precipitada corriente de agua en obediencia y fe. La obediencia desata el poder de Dios.
Dios espera que actúes primero. No esperes sentirte poderoso ni confiado. Avanza con tus debilidades, haciendo lo correcto a pesar de tus miedos y sentimientos. Esta es la forma en que colaboras con el Espíritu Santo, y es así cómo se desarrolla tu carácter.
La Biblia compara el crecimiento espiritual con una semilla, con un edificio y con un niño en crecimiento. Cada metáfora requiere una activa participación: las semillas deben ser plantadas y cultivadas, los edificios deben ser construidos —no aparecen solos— y los niños deben comer y hacer ejercicio para crecer.
Aunque el esfuerzo no tiene nada que ver con tu salvación, si tiene mucho que ver con tu crecimiento espiritual. Al menos siete veces en el Nuevo Testamento se nos dice que “hagamos todo el esfuerzo posible” en nuestro crecimiento espiritual para llegar a ser más como Jesús (Lucas 13:24, Romanos 14:19, Efesios 4: 3, 2 Timoteo 2:15, hebreos 4:11; 12:14, 2 Pedro 3:14).
No estés sentado esperando que esto suceda.
Pablo explica en Efesios 4:22-24 nuestras tres responsabilidades para parecernos más a Cristo:
Primero, debemos renunciar a la antigua manera de vivir. “Por eso, deben ustedes renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos” Efesios 4:22 (DHH).
Segundo, debemos cambiar nuestra manera de pensar. “dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos” Efesios 4:23 (NTV) La Biblia dice que nosotros somos “transformados” por la renovación de nuestras mentes (Romanos 12:2).
La palabra griega para “transformado” es metamorfosis (usada en Romanos 12:2 y 2 Corintios 3:18), y se usa hoy para describir el asombroso cambio que una oruga experimenta para convertirse en una mariposa. Es una hermosa descripción de lo que nos sucede espiritualmente cuando permitimos que Dios dirija nuestros pensamientos:
Somos cambiados de adentro hacia afuera, nos volvemos más hermosos y nos liberamos para elevarnos a nuevas alturas.
Tercero, debemos revestirnos con el carácter de Cristo desarrollando nuevos hábitos piadosos. Tu carácter es esencialmente la suma de tus hábitos; esta es la forma que habitualmente actuamos.
No te sientes a esperar que el crecimiento espiritual suceda. ¡Sé obediente en esto para que puedas liberar el poder de Dios en tu vida!
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cómo crees que Dios responde cuando avanzas en la fe a pesar de tus debilidades?
- ¿Qué hábitos necesitas desarrollar para que puedas crecer espiritualmente?
- ¿De qué manera puedes renovar tu mente?
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