El Gobierno de Pekín ofrece su experiencia y a sus mejores médicos para echar una mano ante la pandemia. Y Jack Ma, a través de su fundación, envía aviones cargados de material quirúrgico.
Hay momentos de crisis global, en los que parece que todo se viene abajo, que la posición de mando en el tablero mundial varía en función de los actos de cada nación. El clásico villano se erige en héroe si en esos momentos sabe de qué lado ponerse. Situarse en el flanco correcto de la historia depende de pequeños gestos. De imágenes. De hechos. Como la escena de un avión cargado con provisiones que llega a un aeropuerto vacío.
En tiempos de coronavirus son esos gestos los que quedarán marcados en los libros. Y, como en todas las historias, se necesita un rostro concreto para acentuar aún más el aplauso generalizado. China ha sabido jugar bien con todos esos puntos. Primero, gritando con su altavoz propagandístico que sus recetas draconianas para frenar el Covid-19 han funcionado. Después, cuando el patio global copia algunas de sus medidas, toca llenar el vacío de solidaridad. Y, hacerlo, con nombres y apellidos.
Aquí es donde aparece el rostro: Jack Ma. El más multimillonario del país comunista. El profesor de inglés de 55 años que en 1999 montó una plataforma de comercio electrónico que llamó Alibaba. El empresario con 35.500 millones de euros que hace un año dejó su cargo como presidente ejecutivo de la compañía para dedicarse a la enseñanza y a la filantropía, al estilo de Bill Gates.
Ahora, el Gobierno de Pekín ofrece su experiencia y a sus mejores médicos para echar una mano a los países golpeados con fuerza por la pandemia. Y Jack Ma, a través de la fundación que lleva su nombre, envía aviones cargados con material quirúrgico. El último aterrizó ayer en Zaragoza procedente de Shanghai. Lo hizo con 500.000 mascarillas. "Juntos podemos ganar", rezaba el mensaje lanzado por la fundación del empresario chino. Estos días, China seguirá enviando a España más mascarillas y kits para hacer pruebas rápidas de coronavirus. Eso ha comunicado el presidente Xi Jinping a Pedro Sánchez durante una conversación telefónica. "China hará todo lo posible para brindar apoyo y asistencia a España para combatir la epidemia", soltó el mandatario chino.
AYUDA Y CAMPAÑA
Una ayuda que, a título personal pero con la bandera roja como estandarte, ha apadrinado la mayor fortuna del gigante asiático. Esta semana, Jack Ma hasta se ha abierto una cuenta en Twitter para promocionar su campaña solidaria. A Estados Unidos ha enviado 500.000 kits de prueba de coronavirus y un millón de mascarillas. En la tierra de Trump, en un momento en que Pekín y Washington han retomado su juego del perro y el gato, y se pelean por las teorías conspirativas del origen del virus, el fundador de Alibaba se ha centrado especialmente en echar una mano a los norteamericanos. Además de enviar material, ha donado 2,1 millones de dólares a la Universidad de Columbia para el desarrollo de un medicamento y de anticuerpos contra Covid-19.
"Basándose en la experiencia de mi propio país, las pruebas rápidas y precisas, y el equipo de protección personal adecuado para los profesionales médicos, esa la forma más efectiva para prevenir la propagación del virus", ha indicado el multimillonario en su cuenta de Twitter.
Ma ha enviado también aviones llenos de suministros quirúrgicos a Japón, Corea del Sur, Italia, Irán e Irak. Y ahora ha puesto su mirada en África a medida que la pandemia se extiende por ese continente. Más de un millón de kits de prueba, seis millones de máscaras y 60.000 trajes protectores van camino de Etiopía para que, desde allí, se distribuya por otros 54 países africanos con casos de contagio. Porque el empresario lo tienen claro: "El mundo no puede permitirse las consecuencias impensables de una pandemia en África".
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