Después de años erráticos, el nuevo amanecer de 'El Sol de México' tras el éxito de su serie biográfica queda truncado por el Covid-19.
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Hasta que llegó Luis Miguel: La serie en 2018, el comportamiento paranoide y huidizo del cantante mexicano era visto como un ejemplo de fama mal digerida. Sin embargo, el biopic serializado de su vida mostró al gran público los orígenes de todos esos fantasmas en su infancia y adolescencia: la ambición de su padre, el español Luisito Rey, que manejó sus comienzos en la música hasta hacer de él una megaestrella latina, y la desaparición de su madre (Marcela Basteri) en 1986 en circunstancias aún no resueltas. De este modo, lo que antes provocaba bochorno o estupefacción, como la vez que agredió con el micrófono a un técnico de sonido durante un concierto o aquella otra que fue fotografiado chorreando autobronceador (por no hablar de su exigencia de que no se le mire a los ojos en ningún caso), ahora es motivo de condescendencia.
Esto ha provocado un nuevo amanecer en la carrera de El Sol de México después de unos años erráticos en los que lo musical quedó en un segundo plano, frente a los chismes y las especulaciones. El 50º cumpleaños del cantante, este domingo, tras el anuncio del rodaje de la segunda temporada de su serie, prometía una celebración por todo lo alto. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha desactivado cualquier tipo de fastos y Luis Miguel celebrará su medio siglo de vida en este mundo prácticamente en soledad.
Según revela la portada de la edición mexicana de ¡Hola! de esta semana, Luis Miguel se encuentra actualmente en su yate Único, fondeado en la marina de Bayside, en Miami. Debido a la epidemia, la embarcación no puede zarpar, por lo que la estrella mexicana se encuentra allí con la compañía de su equipo más cercano, como su hermano Álex Basteri. Con él se le vio a finales de marzo en una de las salidas que realizó para aprovisionarse de víveres.
Quien no está con él es su actual novia, Mollie Gould, tres décadas más joven que el vocalista y que empezó como corista de sus espectáculos para luego iniciar una relación por las fechas en que arrancó la serie. Tampoco le acompañan ninguno de sus tres hijos. La mayor, Michelle Salas, nació en 1989, cuando Luis Miguel contaba 19 años, fruto de su relación con una también jovencísima Stephanie Salas, componente de una de las estirpes más conocidas del mundo del entretenimiento en México: Silvia Pinal, musa del cineasta Luis Buñuel, es su abuela y, por tanto, bisabuela de Michelle.
Sus otros dos hijos, Miguel (nacido en 2007) y Daniel (2008) son fruto de su relación con la actriz Aracely Arámbula. La protagonista de la telenovela La Doña, que puso fin a su relación con la voz de La incondicional al año de nacer su segundo hijo, ha criticado desde entonces la actitud de él respecto al cuidado de su prole. Así, le demandó en el año 2012 por no estar al día en el pago de la pensión de los dos pequeños. Y en 2018, con motivo del estreno en Netflix, se manifestó de este modo: "Espero que le vaya bien la serie, así se pondrá al día con la manutención de los niños".
Con el tiempo, las reclamaciones de Arámbula han pasado de ser monetarias a emocionales. Así, el pasado mes de enero la actriz le pidió, a través de una declaración a los medios, más implicación con sus críos: "Le diría que tomara ese bálsamo de amor y de la manera más amorosa que no se pierda esos momentos con ellos. Conmigo no, es con ellos".
Una denuncia que formuló en su momento Michelle Salas, a la que Luis Miguel no reconoció oficialmente como descendiente hasta que ella no cumplió la mayoría de edad.
Hay quien relaciona esta actitud con su espíritu mujeriego -le han relacionado con Mariah Carey, Sofía Vergara o Brigitte Nielsen, entre otras-. También se ha especulado mucho sobre la criptohomosexualidad del mexicano desde que en 2013 el cantante argentino Pablo Ruiz asegurase en un programa televisivo chileno que había mantenido relaciones sexuales con Luis Miguel cuando éste contaba con 22 años.
En cualquier caso, la relación con Mollie Gould, salvando la distancia de sus confinamientos respectivos, parece ir por buen camino. La última aparición en público de El Sol antes de la declaración de pandemia tuvo lugar en el aeropuerto de Madrid-Barajas (tal vez de regreso de ver a sus buenos amigos, el torero Enrique Ponce y el aristócrata Luis Alfonso de Borbón) el pasado febrero, donde se le pudo ver con Gould, quien ha ido cobrando importancia como 'instagrammer'.
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