El margariteño echó raíces en Barquisimeto, donde fue figura titular del Cardenales en la primera etapa de esa divisa en la LVBP, antes de pasar a los Tigres y resultar crucial en la conquista de la corona del torneo 1975-1976
Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com
Faustino Zabala, uno de los mejores catchers venezolanos que tuvo la LVBP en sus primeros 40 años de existencia, murió este domingo en su adoptiva Barquisimeto, a los 77 años de edad, luego de sufrir varias afecciones físicas y quejarse del maltrato que las autoridades le dieron al final de su vida.
El ex receptor, que nació en Margarita el 29 de diciembre de 1947, fue uno de los miembros fundadores de Cardenales de Lara a la entrada de esa divisa al beisbol profesional central, en el campeonato 1965-1966, que también fue su primero en el campo rentado.
Fue figura de esa institución durante una década, hasta que fue cambiado a los Tigres de Aragua y por fin celebró la conquista de un anillo, en su campaña de estreno con los bengalíes, la 1975-1976.
Durante 15 campeonatos fue una presencia habitual en los diamantes criollos, de los que se alejó cuando se apagó su carrera más allá de las fronteras.
“Faustino Zabala entregó su alma al Señor hoy a las 6:00 pm”, informó a través de Twitter su amigo Alfonso Saer, la voz oficial de los pájaros rojos por más de medio siglo y con quien compartiera decenas de viajes en su automóvil particular, de regreso a la Ciudad de los Crepúsculos, después de haber jugado en Caracas, Valencia, Maracaibo o Maracay.
El neoespartano fue una rareza en una época en la que lo común era que las novenas nativas trajeran caretas importados. Sólido en la defensa y seguro al llevar el pitcheo, le dio a sus escuadras la ventaja de poder emplear un cupo destinado a un extranjero en otro lugar del lineup.
No fue un bateador particularmente temible en rondas eliminatorias y dejó .240 de average en más de 2.500 turnos que consumió en la LVBP, aunque supo ayudar también con el madero.
“Dejó los récords para un catcher criollo de Lara de más jonrones en una temporada, 7, y más carreras empujadas, 30”, apuntó Richard Gómez, quien durante más de 20 años trabajó en la oficina de los occidentales y actualmente es gerente deportivo de los Leones del Caracas.
Zabala saltó al profesional con los alados y con los Medias Rojas de Boston en 1965, aunque de los patirrojos pasó a los Bravos de Atlanta en 1967. En 1972 cerró su desempeño en las Ligas Menores, con su segundo año en Triple A y en su tercera organización del norte, los Expos de Montreal.
A partir de 1973 actuó en el beisbol mexicano de verano y terminó su accionar allende las fronteras con los Metropolitanos de Caracas, en la fallida Liga Interamericana, un circuito internacional que únicamente duró un par de meses, en 1979.
“Fuimos grandes amigos, compañeros de viaje y de muchos gratos momentos”, recordó Saer. “Al final de sus días, la vida fue muy dura para este margariteño de afable trato. Cardenales lo recuerda con afecto y admiración”.
El propio Zabala denunció la dureza con la que se sintió tratado por el sector oficial en los meses últimos de su existencia en este plano. En diciembre, a pesar de sufrir del nervio ciático, con dificultades para caminar y mientras era tratado por la aparición de llagas en su cuerpo, acusó en la prensa regional que fue desalojado de la Villa Bolivariana de Barquisimeto, donde vivía.
“Me imagino que es porque no le estoy generando ningún beneficio al gobierno”, declaró entonces al diario La Prensa de Lara.
Zabala deja una trayectoria impecable, en la que fue catcher titular en 14 de sus 15 zafras en la LVBP. Allí, su momento cumbre fue justo cuando “fue cambiado a los Tigres”, rememoró Gómez. “Fue clave en el triunfo de Aragua sobre Lara en la final”.
Así fue. El margariteño resultó un pelotero de los grandes momentos. En aquel tope contra su ex escuadra ligó para .500, con 2 tubeyes y 2 jonrones en los 7 trabados cotejos que disputaron ambos clubes. No fue el Jugador Más Valioso del lance, sencillamente, porque en aquel tiempo no se entregaba oficialmente ese galardón.
El sello de su personalidad quedó plasmado en ese y otros playoffs. Sumó 55 compromisos en semifinales y finales y bateó para .298, con 5 bambinazos en esas instancias. De hecho, hasta comienzos de los 70, fue tomado como refuerzo en la postemporada con reiterada frecuencia, antes de que desapareciera esa figura del beisbol profesional venezolano, retomada casi tres décadas después.
Murió Faustino Zabala, pero no su ejemplo de pelotero guerrero y ni el recuerdo que deja como receptor único en su generación.
Paz a su alma.
Revisa otras noticias de la LVBP haciendo click aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario