sábado, 16 de mayo de 2020

Aprender a perder: La clave del éxito


Fernando Arias

El dinero es algo con lo que estamos acostumbrados a lidiar en nuestro día a día. Todos trabajamos por dinero, pues este es el vehículo para después poder tener una determinada calidad de vida y satisfacer nuestras necesidades. Si te pido que relaciones con otras palabras el sustantivo «dinero», muy posiblemente lo asocies a entidades bancarias, bolsa, finanzas o números. Sin embargo, hay algo a lo que nos cuesta asociar el dinero pero tiene una gran relación, la psicología, pues cómo verás nos supone una gran carga emocional.

El dinero puede considerarse como una de las principales fuentes de estrés en el mundo en el que vivimos. Necesitamos dinero para comprar comida, alquilar una vivienda o pagar una hipoteca, vestirnos, educación, etc. Existe una lista de necesidades que solo podemos cubrirlas con dinero, y la falta de éste puede provocarnos sensaciones como el estrés o la ansiedad.

Cuando tenemos una pérdida monetaria, sobretodo sí es inesperada, afloran sentimientos de frustración, rabia, impotencia, indignación… por contra, si recibimos una buena noticia económica, los sentimientos son totalmente opuestos. El dinero genera sentimientos positivos y negativos, de manera que influye de forma determinante en tu bienestar emocional.
La psicología es un aspecto básico a tener en cuenta a la hora de invertir, pues debemos aprender a manejar la carga emocional del dinero.

Muy posiblemente, esa necesidad de obtener ingresos es lo que te ha hecho iniciarte en el mundo del trading y la inversión. Ya sea para sacar un sobresueldo, o para vivir del trading (hablaremos de ello en otro artículo, pero es bastante complicado…). Empezamos a operar para ganar dinero, pero es difícil asimilar que para ganar, hay que perder.

Aversión a las pérdidas


¿Sabes por qué es superior el dolor por perder dinero que la alegría de ganarlo?

De entrada, partimos de la base que al ser humano está mas predispuesto a aceptar un acuerdo modesto pero beneficioso que no arriesgar pese a tener una posibilidad de mayor ganancia.
Imagina que te hago la siguiente propuesta: Tiro una moneda al aire. Si sale cara, te doy 150 euros, si sale cruz, tú me das 100, ¿aceptas? Pues la gran mayoría de gente, pese a que el valor esperado juega a tu favor, no lo haría. Para saber el grado de aversión al riesgo, deberías saber qué cantidad de ganancias estarías dispuesto a percibir para ganar 100 euros.

Otro ejemplo lo encontramos cuando andando por la calle nos encontramos 20 euros. Al cabo de un rato, los perdemos. La sensación de pérdida en este caso es superior a la ganancia inicial. Realmente estamos en el mismo punto de partida, pero las sensaciones negativas prevalecen sobre las positivas cuando hablamos de dinero.

En un estudio realizado por Daniel Kahneman y Amos Tversky, dos gurus de la psicología económica conductual en 1981, descubrieron que una pérdida duele 2,5 veces más que la satisfacción que suponen ganancias del mismo importe.

Lanzamos otra moneda


Vamos a jugar otra vez bajo dos perspectivas distintas:

Perspectiva A

Lanzo una moneda:
  • Opción 1:
    • Si sale cara, ganas 100 euros.
    • Si sale cruz, no ganas nada.
  • Opción 2:
    • Salga cara o salga cruz, ganas 50 euros
¿Qué escogerías?

La gran mayoría de gente, escoge ganar 50 euros asegurados, pese a que el valor esperado de la operación sea 50 euros en ambas opciones (50 euros al 100% de probabilidad, o 100 euros al 50% de probabilidad). Esto va alineado con la visión tradicional que tiene la gente de las finanzas.


Perspectiva B

Lanzo una moneda:
  • Opción 1:
    • Si sale cara, pierdes 100 euros.
    • Si sale cruz, no pierdes nada.
  • Opción 2:
    • Salga cara o salga cruz, pierdes 50 euros.

¿Cuál escoges?

En caso de hablar de pérdidas, la situación es la contraria. El nivel de aversión a provoca que la opción escogida sea la contraria, dado que las pérdidas tienen una carga de una forma más emocional que racional. La población en este caso, ante la posibilidad de no perder nada, suele escoger incertidumbre (opción 2). El valor esperado de la pérdida es el mismo que en el caso anterior (50 euros).


El efecto reflejo


Es curiosos como una vez incurrimos en pérdidas, el ser humano está dispuesto a arriesgar más que en una primera operación con el fin de compensar dicha pérdida. Esto explica el grado de posesión que tenemos con lo que creemos que es nuestro, y cómo estamos dispuestos a arriesgar mucho más para recuperarlo, incluso pagando una cifra superior a su coste real.

En el trading, sucede algo similar cuando aumentamos nuestra exposición para compensar una operación negativa previa, o bien no cerrando una operación ganadora ya que “no ha compensado lo que he perdido en la anterior”. Esto no hace más que tirar por tierra nuestra política de gestión del riesgo y nuestra ventaja estadística.

Suele ocurrir que estamos dispuestos a ganar menos dinero con el fin de no asumir riesgos (cerramos una operación en breakeven cuando se gira en nuestra contra, para ver como ni tan siquiera se acerca al Stop que teníamos colocado antes de lanzarse en la dirección prevista). Debemos por tanto aprender a ser más racionales en nuestra toma de decisiones y disminuir nuestra aversión a las pérdidas. Para ello, es muy importante saber qué riesgo estás dispuesto a asumir.

A diferencia del lanzamiento de una moneda, en Trading no es cara o cruz, pese a que el movimiento solo puede ir en dos direcciones. Es importante operar en base a las probabilidades, siendo riguroso con un Plan de Trading, lo que nos supone una gran ventaja estadística. Debido a esto, es recomendable un ratio pérdida/beneficio de 1:2. Si mantuviéramos este ratio en el lanzamiento de la moneda, con sólo una cara de cada tres intentos, mantendrías tu capital.

Una vez plantees tu operación en base a tu estrategia y tu plan de trading, no la modifiques, pues una vez entres al mercado, tus emociones pueden estar al mando.

Para tener éxito en el trading, debes tener en cuenta que las pérdidas son parte de este proceso. Es totalmente imposible conseguir el 100% de los trades positivos. Con una buena gestión del riesgo, limitarás tus pérdidas, y dejarás correr tus beneficios, y la ventaja estadística jugará a tu favor. Las pérdidas son parte del trading y no puedes permitir que una operación perdedora condicione tu estrategia, tu estado de ánimo, tus posteriores operaciones, o tu malestar general durante el día.

Debes considerar el trading como un trabajo. Rutinario, disciplinado, ordenado. Las pérdidas son parte de ese trabajo. No te lo tomes como algo personal, sino como algo normal del día a día. Ten en cuenta que tus pérdidas siempre van a estar limitadas, por lo que en el largo plazo saldrás victorioso.

El miedo a perder está siempre presente en todos los ámbitos de nuestra vida, lo que supone nos una importante carga emocional. En el trading, debes dejar al lado las emociones, y eso solo se consigue si eres fiel a tu plan de trading. Sin pérdidas no hay ganancias.

Más allá que cualquier estrategia, esa es la clave para tener éxito en los mercados. Así que es importante que aprendas a perder.

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