martes, 19 de mayo de 2020

¿Merecen Vizquel, Galarraga y Concepción tener una placa en Cooperstown?



A menudo se quedan preguntas sin responder. Y no es la intención. Trato de hacerlo con frecuencia en mi cuenta de Twitter y también llegan en los comentarios que se publican en El Emergente web. Buscando hacerlo lo mejor posible, empecé en mayo esta sección, que pudiera convertirse en un espacio semanal, buscando comentar algunas inquisiciones de los lectores a través de esta página

Por Ignacio Serrano
ElEmergente.com


Si fueras unos de los periodistas que tienen voto para el Salón de la Fama en Estados Unidos, ¿Omar Vizquel obtendría tu voto? Argumenta tu respuesta, por favor, y verás tu incoherencia o tu lógica clara.
Cesar Guerra desde Carabobo
César, no entiendo mucho la última parte de tu pregunta. Respecto a lo primero, he sostenido muchas veces que Vizquel (y también David Concepción) merecen tener una placa en Cooperstown.

Si yo fuera votante de la BBWAA, habría marcado la casilla de Concepción y estaría haciendo lo mismo con la de Vizquel.

El primero (y es mi tesis, defendida en varias notas) fue un shortstop de gran defensa y sólido bateo para la época en que jugó, quizás el mejor madero entre campocortos natos entre 1970 y 1985; el segundo fue el mejor defensor de su generación. Para mí, eso basta para que tengan los merecimientos.

Creo que en Cooperstown deben estar los mejores bateadores, los mejores relevistas, los mejores abridores y los mejores defensores, aunque no hayan sido tan notables en otras áreas del juego. Si un pitcher que usualmente solo trabaja tres outs tiene derecho, ¿cómo no lo va a tener un torpedero con los logros de Concepción y Vizquel?

Te dejo estas notas donde amplío mi posición. En esta, abundo sobre los méritos del Rey David y en estas otras expongo el caso de Omar antes de su entrada a la papeleta, acá lo enfoco desde la óptica de la sabermetría y acá lo comparo con Ozzie Smith


¿Es cierto que en el estadio Coors Field de Colorado los vientos son propicios para sacar la pelota de jonrón? ¿Y que por esa causa, entre otras, Andrés Galarraga perdió posibilidad de ser nominado al Salón de la Fama?
Carmela 197041
No, Carmela. La característica a la que haces alusión es la ubicación de la ciudad de Denver sobre el nivel de mar, a 1.600 metros de altura. Eso hace que el aire tenga menos gases —incluyendo menos oxígeno, habrás oído hablar del “mal de páramo” en los Andes venezolanos—.

A esa altura, la respiración no se ve dificultada, como sí pasa en el Pico Humboldt, que está a casi 5.000 metros sobre el nivel de mar. Pero la concentración inferior de los gases que forman parte de nuestra atmósfera en Denver es lo suficientemente importante como para que la pelota encuentre menos resistencia al surcar el aire. ¿Qué significa eso? Que puede viajar más rápido y más lejos, en el caso de los bateadores, del mismo modo que los pitcheos rompen menos, son más planos.

Pongámoslo así: un elevado tiene menos “freno” en el aire, y por eso va más lejos, y una curva tiene menos “agarre” y por eso no se mueve igual en una altura inferior.

A eso hay que agregar la falta de humedad en Denver, que reseca las pelotas, las hace más duras y, por lo tanto, más salidoras. Por todo eso es que el Coors Field se construyó con medidas más amplias que los estadios regulares, aunque eso no impidió que se convirtiera en un polígono de tiro. El uso de un humidificador para humedecer las pelotas cambió lo segundo en los últimos años, pero no hay manera de cambiar la altitud de la ciudad con respecto al mar.

¿Afectó eso la candidatura de Galarraga? Yo creo que no. El Gato tuvo una carrera magnífica, pero no fue el mejor bateador de su tiempo. Eso sí lo afectó. Hay muchos nombres por arriba de él en esos años y las estadísticas lo prueban. De hecho, Galarraga ocupa el lugar 58 de todos los tiempos entre los máximos jonroneros y está en el peldaño 70 entre los remolcadores. Si revisas los nombres alrededor de él, encontrarás a muchos otros bateadores que tampoco consiguieron su placa en Cooperstown.

Tal vez si no hubiera tenido esos últimos años malos en Montreal, si hubiera producido en su campaña con San Luis y no pierde el chance de acumular más batazos por tener que luchar contra el cáncer, si todo eso se hubiera combinado, tal vez sí habría completado los numeritos que necesitaba. Lamentablemente, nunca lo sabremos.

-Soy caraquista furibundo pero siempre he mantenido la tesis de que Magallanes pudo haber ganado la tercera final. Muchos piensan en los eventos que se suscitaron a partir del jonrón de Grégor al Kid, mas yo mantengo mi opinión sobre una realidad que me parece cambió el desenlace de la refriega: se fueron Elvis y Montero, ¿qué opinas al respecto?
moronny1970
-Una serie corta puede definirse por muchos pequeños detalles. Y ciertamente puede definirse por las ausencias de peloteros importantes, sea por lesiones o, como ocurre con frecuencia en nuestra pelota del Caribe, por las deserciones motivadas por órdenes venidas del exterior.

Es verdad que el Magallanes sufrió pérdidas importantes: Elvis Andrus no pudo jugar el séptimo encuentro, Miguel Montero tuvo que parar en plena semifinal y Pablo Sandoval apenas logró permiso para regresar en el séptimo choque, el del helicóptero. El Panda perdió el ritmo de bateo y de juego, muy posiblemente, por lo que en el decisivo no hizo mayor cosa. A eso hay que añadir la pérdida de Edward Mujica, uno de los principales relevistas turcos.

En todos los casos, privaron las instrucciones dadas por sus divisas en la MLB. Pero ojo, que el Caracas también tuvo bajas importantísimas. Edgmer Escalona era un prospecto de peso en Colorado por ese entonces y únicamente pudo estar en el primer cotejo, dejando al manager Dave Hudgens con un brazo menos en el bullpen, y José Castillo tuvo que irse a su casa, al firmar con Yokohama en el beisbol japonés.

¿Cómo hubiera sido la final con todos ellos a bordo? Nunca lo sabremos, porque es algo que entra en el reino de las especulaciones. Quizás Magallanes habría barrido, quizás Castillo habría sacado el hacha y habría llevado a los Leones a un triunfo más contundente.

Por supuesto que hubo golpes emblemáticos que crearon el “momentum” caraquista, esa inspiración que finalmente les llevó a la corona. Pero yo siempre pensé también que esos primeros dos topes en Valencia habían sido un espejismo, porque todo lo que batearon los Navegantes cayó en zona buena y todo lo que batearon los melenudos cayó en los guantes rivales.

Recuerdo haber calculado el BABIP de ambos clubes el día libre, en el camino de regreso a la capital, y mientras el del Magallanes se acercaba a los .500, el de sus rivales era bajísimo. Escribí una nota para El Nacional asegurando que esa pista sugería la posibilidad de que las cargas se equilibraran en los siguientes duelos, que la nave produciría mucho menos con el bate y el Caracas daría los tablazos que no había dado en Valencia.

Aunque en efecto sucedió así, no pasaba de ser una especulación de mi parte, solo que la acerté. Lo mismo podría decirse de esas ausencias vitales, con la diferencia de que no habrá modo de ver si acertamos o no, si con Elvis o Montero habría cambiado la historia.

Hay razones para creer que tal vez sí hubiera cambiado, pero insisto que lo mismo puede decirse de las ausencias de Escalona y sobre todo Castillo. Nunca lo sabremos.

Ignacio Serrano

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