Pocas horas han durado las maneras diplomáticas estrenadas por el canciller Jorge Arreaza, quien se puso en contacto para justificar la imposición de un CNE al servicio de la revolución a la responsable española de Exteriores
"La Unión Europea que se preocupe del coronavirus, que se preocupe del racismo. No se metan con Venezuela, fuera la UE de Venezuela con su visión colonialista. Aquí hace tiempo derribamos las estatuas de los colonialistas asesinos". Nicolás Maduro ha reaccionado de inmediato a la declaración de la Unión Europea (UE) sobre la juramentación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y el asalto chavista contra el partido opositor Acción Democrática.
Y lo ha hecho como más le gusta, cargando con todo contra Bruselas, incluso mandando a los europeos a ese lugar tan habitual en cualquiera discusión, en su versión más criolla: "La UE que se vaya largo al carrizo, para decirlo suavemente. Venezuela hará sus elecciones, no nos importa la UE ni un carrizo".
Pocas horas han durado las maneras diplomáticas estrenadas por el canciller Jorge Arreaza, quien se puso en contacto para justificar la imposición de un CNE al servicio de la revolución a la responsable española de Exteriores. Maduro ha dinamitado el proceso, justificando incluso la actuaciones arbitrarias e inconstitucionales del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de las últimas horas.
Una apisonadora que no ha dejado este miércoles de funcionar. El alto tribunal ha repetido la misma operación de este martes y ha entregado las siglas y las sedes del centrista Primero Justicia (PJ) al diputado "traidor" José Brito. Se da el caso de que este parlamentario es uno de los que conforma el grupo alrededor del empresario colombiano Alex Saab, detenido en Cabo Verde y cuya extradición reclama Estados Unidos. Tanto Washington como Luisa Ortega, fiscal legítima de Venezuela, acusan a Saab de ser el principal testaferro de Maduro y el operador clave internacional de la revolución.
Con la toma de Acción Democrática (AD), acaecida este martes por la noche, y Primero Justicia, el chavismo se hace con los dos partidos más importantes de la oposición, en busca de la ecuación electoral perfecta: controlar al árbitro electoral y a las directivas de los partidos rivales, además de elegir quiénes serán los candidatos que se enfrenten a los tuyos.
"Un bloque importante de la oposición quiere participar en las elecciones parlamentarias. Se están dado garantías extraordinarias. Bienvenidos, vamos al juego electoral", se ufanó el "presidente pueblo", que dejó traslucir su alegría por los últimos acontecimientos.
"Tenemos la oportunidad de sacarnos de encima a (Juan) Guaidó, a Julio Borges (canciller de Guaidó) y a Henry Ramos Allup (líder de AD) con el voto", aventuró Maduro, pese a que todos ellos están sancionados e inhabilitados. "Algunos han dicho que no van a las elecciones porque saben que las tienen perdidas, se las ganamos de calle", concluyó Maduro, pese a que todas las encuestas reflejan el mínimo respaldo electoral actual del chavismo.
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