lunes, 13 de julio de 2020

Bernard, el septuagenario líder de la banda de jubilados que traficaba con 'viagras' falsas


La Policía Nacional desmantela dos organizaciones que vendían medicinas ilegales traídas de la India, especialistas en productos contra la disfunción eréctil

Aquello de conservar en un lugar fresco y alejado de la luz del sol se lo tomaron demasiado en serio. Decenas de cajas de medicinas ilegales estaban escondidas bajo la encimera de su cocina, ocultas tras un embellecedor de madera blanca. Era el escondite de una banda de jubilados que dirigía uno de los principales negocios de España de venta de medicamentos ilícitos contra la disfunción eréctil.

El líder del grupo era un británico de 72 años que vivía en una finca alquilada de Marbella con su mujer, de 65. Bernard, se llamaba, y ya tenía antecedentes por delitos similares, al igual que sus compañeros. la diferencia con su detención del año 2012, también por la Policía Nacional, es que en aquel entonces las medicinas las vendían en persona, mientras que ahora se habían modernizado y la venta era sólo online. En esta ocasión, les ha detenido el grupo de Redes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia en la llamada operación Alfil.

Esta organización de septuagenarios y sexagenarios ingleses (y un estadounidense) competía con otra banda establecida en Levante, desarticulada en la operación Jelly, pero ambos les unía el origen de su mercancía: compraban las pastillas en fábricas de la India, donde no pasaban por controles farmacéuticos apropiados ni desde luego estaban autorizadas para venderse en España.

Entre las dos operaciones, el golpe ha sido grande a los traficantes de medicinas: 33 detenidos y 17 registros. Se cree que obtuvieron tres millones de euros de beneficio.

Momento de la detención de uno de los implicados en la trama de venta de pastillas ilegales para la disfunción erectil.
Momento de la detención de uno de los implicados en la trama de venta de pastillas ilegales para la disfunción erectil.POLICÍA NACIONAL

Los jubilados estaban perfectamente organizados: Cada uno sabía el papel que debía desempeñar en la banda. De hecho, hay un americano residente en México que por ahora se ha librado de las detenciones, pero era el encargado de alojar la página web de venta.

La banda asentada en Levante tenía sus miembros en Alicante y Murcia principalmente, aunque también en Madrid. Tenía dos cabecillas, un informático y un británico de origen indio que ejercía como conseguidor de los medicamentos. La operación en la que se les ha detenido ha recibido el nombre de Jelly por uno de esos sucedáneos que vendían: el oral Jelly, una especie de zumo que se promocionaba casi como una golosina y tenía siete sabores, uno para cada día de la semana.

En ambos casos, los beneficios, al igual que en las organizaciones de narcotraficantes, solían blanquearse. Para ello utilizaban los métodos habituales: sacar el dinero fuera de España (a Andorra, por ejemplo), compraban artículos de lujo e invertían en criptomonedas.

Su negocio no trataba de pastillas de Viagra falsificadas, sino de marcas alternativas que aseguran actuar contra la disfunción pero sin ningún respaldo científico, o al menos sin ningún autorización de la Agencia Española del Medicamento.

La ruta de las medicinas era siempre similar. Desde la India es muy común hacer una escala en Singapur, donde hay uno de los mayores puertos francos de Asia. De hecho, los agentes de Ciberdelincuencia que se han encargado de la investigación ya se toparon con ese mismo puerto hace un par de años en una investigación similar.

La entrada en Europa es por el Reino Unido, ya venga la mercancía desde Singapur o directamente de la India. Después se envía a los países europeos donde esté el negocio implantado. En este caso tanto la banda de jubilados como la de Levante importaba en España miles y miles de pastillas de marcas como Kamagra, Hardon X Power, Vidalista, Sildenafil, Cenforce, Tadarise, o los llamados Tissues Super Magic, una suerte de pañuelos para prolongar las erecciones.

APARIENCIA DE PARAFARMACIA

Otro punto en común de ambas bandas era la venta a través de una página web con apariencia de parafarmacia legal. Con muchas medidas de seguridad que impedían identificar a sus verdaderos dueños, esta web ofrecía pastillas milagrosas para mejorar las relaciones sexuales de sus clientes.

El método habitual solía ser el pago contra reembolso, una vez recibidas las pastillas a través de empresas de paquetería, aunque también se podía pagar con tarjeta en la propia web. En ese sentido, estas páginas no se diferenciaban mucho de cualquier otra web de comercio online. En España es ilegal vender productos farmacéuticos a través de la web, pero la parafarmacia sí que es legal, y por eso estos grupos aprovechaban esa apariencia para vender las medicinas.

Las dos bandas han sido detenidas por delitos contra la salud pública. Aunque es muy difícil relacionar cualquier incidente de salud con estas pastillas concretas, los agentes del grupo de redes que han detenido a los traficantes no descartan que hayan podido producirse accidentes.

Algunos de estos medicamentos no tienen el principio activo que dicen tener, mientras otros tienen una cantidad que no es en absoluto la recomendada, ya sea por encima o por debajo de lo que llevan las medicinas que pasan los controles sanitarios. Se han enviado a la Agencia Española del Medicamento para su análisis.

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