Cada uno de nosotros necesita de otras personas para que se fijen en nosotros, nos defiendan, nos protejan y nos ayuden a mantener el rumbo. En el libro de Filipenses, el apóstol Pablo nos dice que debemos cuidar los intereses de los demás, no solo los nuestros. ¡Qué verso tan contracultural! En Estados Unidos hoy en día, todo se trata de mí: mis necesidades, mis intereses, mis deseos y mis ambiciones. Pero Pablo nos enseña a cuidar a los demás, también.
Pero sabías que tienes un enemigo personal que quiere vencerte. Su nombre es Satanás. Él quiere traer problemas a tu vida, arruinar tus relaciones y hacerte tanto daño como pueda.
¿Por qué quiere lastimarte? Porque él quiere herir a Dios, pero no puede, así que persigue a los hijos de Dios. Por tu cuenta, nunca ganarás a Satanás. Pero cuando tienes otras personas que están a tu lado y te ayudan, puedes salir victorioso.
Un buen consejo encontramos en Eclesiastés 4:12: “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir” (NVI).
¿Tienes a alguien a tu lado? ¿Alguien te está defendiendo y cuidando de tu bienestar espiritual? Necesitas una comunidad de personas que te digan: “Estamos contigo cuando atravieses tiempos difíciles. No vamos a dejar que te desanimes o te deprimas”.
La comunidad es la respuesta de Dios para sobrepasar el desaliento y la derrota. En Eclesiastés 4:10 dice, “Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!” (NVI).
Recuerda: puedes intentarlo, pero no puedes vivir la vida por tu cuenta. Todos necesitamos a otras personas que caminen con nosotros, trabajen con nosotros y tengan cuidado de nosotros.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué personas tienes a tu lado que te están cuidando y tú a ellos?
- ¿Cómo muestran esas personas preocupación por tu desarrollo espiritual y por tu seguridad? ¿Cómo puedes mostrar la misma preocupación por ellos y por otros creyentes?
- ¿De qué manera has visto el poder de la comunidad derrotar los ataques de Satanás?
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