El primer paso bíblico hacia la restauración de una relación es hablar con Dios antes de hablar con la persona.
Discute el problema con Dios. Si primero oras por el conflicto en lugar de chismear con algún amigo, a menudo descubrirás que o Dios cambia tu corazón o cambia el de la otra persona sin tu ayuda.
Todas tus relaciones irían más fácilmente si solo oraras más por ellas. Como hizo David en los Salmos, él usa la oración para ventilar verticalmente. Cuéntale a Dios tus frustraciones. Clama a Él. Nunca está sorprendido o molesto por tu enojo, dolor, inseguridad o cualquier otra emoción. Entonces dile exactamente cómo te sientes.
La mayoría de los conflictos tienen sus raíces en las necesidades no satisfechas, y algunas de estas necesidades solo pueden ser satisfechas por Dios. Cuando esperas que alguien, un amigo, tu cónyuge, el pastor o algún familiar, supla una necesidad que solo Dios puede cumplir, te estás preparando para la decepción y la amargura. Hay muchas necesidades que solo Dios conoce.
El apóstol Santiago notó que muchos de nuestros conflictos son causados por la falta de oración: “¿De dónde vienen todos los conflictos y peleas que hay entre ustedes? . . . Ustedes desean las cosas, pero no las consiguen . . . No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios” Santiago 4:1-2 (PDT).
En lugar de mirar a Dios, buscamos a los demás para ser felices y luego nos enojamos cuando nos fallan. Dios dice: “¿por qué no vienes a mí primero?”.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué es lo primero que sueles hacer cuando tienes un conflicto con alguien?
- ¿Por qué crees que nuestra primera inclinación suele ser chismear sobre un conflicto?
- ¿Tu vida de oración refleja que solo Dios puede satisfacer todas tus necesidades? ¿Por qué o por qué no?
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