El segundo paso bíblico para restaurar una relación es tomar la iniciativa.
Sin importar si eres el ofensor o el ofendido, Dios espera que tomes la iniciativa. No esperes hasta que la tome la otra parte. Preséntate ante la otra persona primero.
Restaurar el compañerismo deteriorado es muy importante, Jesús lo mandó, incluso tenía prioridad sobre la adoración en comunidad. Él dijo, “Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, deja la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y presenta tu ofrenda a Dios”. Mateo 5:23-24 (NTV).
Cuando se deteriora o se rompe el compañerismo, convoca a una “reunión para la paz” inmediatamente. No pospongas, no pongas excusas, o promesas, “algún día encontraré el tiempo”. Programa un encuentro cara a cara tan pronto como sea posible. El retraso solamente profundiza el resentimiento y hace peor las cosas.
Cuando se trata de conflictos, el tiempo no sana nada. Solo provoca que los daños se intensifiquen.
Actuar lo antes posible también te reduce el daño espiritual. La Biblia dice que el pecado, incluyendo conflictos sin resolver, bloquea nuestro compañerismo con Dios y evita que nuestras oraciones sean contestadas, además nos sentimos miserables. Los amigos de Job le recordaban, “El resentimiento destruye al necio” Job 5:2a (NTV) y “Es tal tu enojo que te desgarras el alma” Job 18:4a (NVI).
El éxito de una “reunión para la paz” depende de escoger el tiempo y el lugar correcto para el encuentro. No te reúnas cuando estás cansado, apurado o puedes ser interrumpido. El mejor tiempo es cuando ambos están en su mejor momento.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Con quién necesitas organizar una “reunión para la paz”? ¿Qué harás hoy para organizarla?
- ¿Por qué es riesgoso tener una “reunión para la paz” cuando estás cansado o en apuros?
- Piensa en un momento cuando tuviste un conflicto con alguien. ¿Cómo afectó tu compañerismo con Dios?
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