Según la investigación, se trata de la L-cisteína, presente en muchos alimentos ricos en proteínas.
Investigadores de dos universidades finlandesas han hallado un aminoácido que ayuda a aliviar los efectos negativos de la resaca asociados al consumo excesivo de alcohol, como el dolor de cabeza, las náuseas y la ansiedad, según publican este martes 18-A medios locales.
El estudio científico, elaborado por investigadores de la Universidad de Helsinki y la Universidad de Finlandia Oriental, fue publicado en la revista especializada Alcohol and Alcoholism, editado por la Universidad de Oxford.
Según los resultados de la investigación, la L-cisteína, un aminoácido presente en muchos alimentos ricos en proteínas, ayuda a contrarrestar los efectos tóxicos del acetaldehído, el metabolito del alcohol causante tanto de la sensación de ebriedad como de los posteriores síntomas de la resaca.
"Sabíamos de antemano que la L-cisteína reacciona con el acetaldehído y forma metabolitos que son inofensivos para el cuerpo. Ahora tenemos evidencia de que un simple aminoácido que normalmente se encuentra en el cuerpo humano realmente alivia la resaca", señaló el profesor Peter Eriksson al diario Helsingin Sanomat.
Para realizar el estudio, una treintena de voluntarios consumieron en tres ocasiones distintas combinados de vodka con zumo de bayas, con un contenido de alcohol equivalente a 1,5 gramos por cada kilo de peso.
Al mismo tiempo, los investigadores separaron a los voluntarios en tres grupos, a los que administraron píldoras de 600 miligramos de L-cisteína, de 1.200 miligramos o de placebo, para al día siguiente medir sus niveles de alcoholemia y acetaldehído.
Según reconocieron los científicos, el experimento, realizado en un hotel de Helsinki, no salió todo lo bien que esperaban, ya que algunos voluntarios se empezaron a sentir mal antes de beberse todo el alcohol y tuvieron que abandonar la prueba.
Otros, más acostumbrados a la ingesta de alcohol, también tuvieron que ser descartados porque después de consumir su ración correspondiente, en lugar de irse a dormir a su habitación, siguieron bebiendo en el bar del hotel, por lo que fueron descartados.
Además, los investigadores no pudieron usar los datos de las mujeres participantes, ya que las fluctuaciones hormonales en el ciclo menstrual afectaron el equilibrio de acetaldehído y aminoácidos, por lo que finalmente sólo 19 personas completaron el experimento.
No obstante, los resultados fueron concluyentes, según los autores del estudio, y constataron que todos los participantes tenían menos síntomas de resaca cuanto más cantidad de L-cisteína habían ingerido.
El estudio científico, elaborado por investigadores de la Universidad de Helsinki y la Universidad de Finlandia Oriental, fue publicado en la revista especializada Alcohol and Alcoholism, editado por la Universidad de Oxford.
Según los resultados de la investigación, la L-cisteína, un aminoácido presente en muchos alimentos ricos en proteínas, ayuda a contrarrestar los efectos tóxicos del acetaldehído, el metabolito del alcohol causante tanto de la sensación de ebriedad como de los posteriores síntomas de la resaca.
"Sabíamos de antemano que la L-cisteína reacciona con el acetaldehído y forma metabolitos que son inofensivos para el cuerpo. Ahora tenemos evidencia de que un simple aminoácido que normalmente se encuentra en el cuerpo humano realmente alivia la resaca", señaló el profesor Peter Eriksson al diario Helsingin Sanomat.
Para realizar el estudio, una treintena de voluntarios consumieron en tres ocasiones distintas combinados de vodka con zumo de bayas, con un contenido de alcohol equivalente a 1,5 gramos por cada kilo de peso.
Al mismo tiempo, los investigadores separaron a los voluntarios en tres grupos, a los que administraron píldoras de 600 miligramos de L-cisteína, de 1.200 miligramos o de placebo, para al día siguiente medir sus niveles de alcoholemia y acetaldehído.
Según reconocieron los científicos, el experimento, realizado en un hotel de Helsinki, no salió todo lo bien que esperaban, ya que algunos voluntarios se empezaron a sentir mal antes de beberse todo el alcohol y tuvieron que abandonar la prueba.
Otros, más acostumbrados a la ingesta de alcohol, también tuvieron que ser descartados porque después de consumir su ración correspondiente, en lugar de irse a dormir a su habitación, siguieron bebiendo en el bar del hotel, por lo que fueron descartados.
Además, los investigadores no pudieron usar los datos de las mujeres participantes, ya que las fluctuaciones hormonales en el ciclo menstrual afectaron el equilibrio de acetaldehído y aminoácidos, por lo que finalmente sólo 19 personas completaron el experimento.
No obstante, los resultados fueron concluyentes, según los autores del estudio, y constataron que todos los participantes tenían menos síntomas de resaca cuanto más cantidad de L-cisteína habían ingerido.
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