“Aunque durante un tiempo tengan que soportar muchas dificultades… tales dificultades serán una gran prueba de su fe, y se pueden comparar con el fuego que prueba la pureza del oro”. 1 Pedro 1:6-7a (PDT)
La vida no es una serie de accidentes extraños que ocurren al azar. La vida no es algo que carece totalmente de planificación. Tampoco carece de sentido. Dios sabe lo que está sucediendo. Él está tejiendo el tapiz de tu vida, el cual tiene hilos de colores claros y otros oscuros —tiempos buenos y malos— para enriquecer tu vida dándole textura y color.
Nada viene a la vida de un hijo de Dios sin el permiso de Dios. Todo es filtrado por el Padre.
No me mal entiendas. No estoy diciéndote que todo lo que sucede en tu vida es la perfecta voluntad de Dios. Eso no es verdad. Hay muchas cosas que no son parte de la voluntad de Dios. Si sales por ahí a pecar, eso no es la voluntad de Dios. Si alguien peca contra ti, esa no es la perfecta voluntad de Dios.
Pero Dios tiene su voluntad permisiva. Si salgo a comer y como en exceso, yo pago las consecuencias. Si voy y le hago daño a mi cuerpo, pago las consecuencias. Dios no hace daño y Dios no causa sufrimientos. Pero Él los permite porque tienen un propósito. Dios los permite y luego los usa para bien.
Dios es experto en sacar algo bueno de una mala situación. Él pudo evitar que Pablo fuera a prisión en Filipos, pero en vez de eso, permitió que Pablo fuera a prisión, y el carcelero se convirtió a Cristo como resultado de esto. Dios pudo evitar que Jesús fuera a la cruz, pero Él lo permitió. Él dejó que su hijo sufriera y muriera. ¿Obtuvo algo bueno de eso? ¡Por supuesto que sí!
A Dios le gusta cambiar las crucifixiones en resurrecciones. Cosas que quisieras que nunca te hubieran pasado o que nunca fueran parte de tu vida, son a menudo las cosas que Dios está usando para formarte y convertirte en el creyente que Él quiere que seas. Él quiere usar ese problema para bien en tu vida. Hay algo más importante que tu dolor. Es lo que estás aprendiendo de ese dolor. Dios está en control.
Entonces, ¿Cuál es la clave? ¿Cuál es nuestra respuesta? Nuestra respuesta es ver la realidad después de pasar por ese dolor.
“Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!” 2 Corintios 4:16-17 (NTV).
Reflexiona sobre esto:
- En tus propias palabras, ¿qué le dirías a alguien que te pregunte, por qué Dios permite que les sucedan cosas malas a personas buenas?
- ¿Cómo crees que Dios quiere que ores en medio de tu dolor?
- ¿Qué significa que “nuestro espíritu va renovándose cada día” en 2 Corintios 4:16b?
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