Por mucho que se empeñase en ocultarla, la vida de Lady Soul fue un torrente desbocado que poco tenía que ver con el encuentro con Dios de su musica. David Ritz la investigó e hizo una biografía no autorizada que llega ahora a España.
Era maniática, desconfiada y tenía una coraza emocional que impedía que la gente de su alrededor supiese exactamente qué pasaba por su cabeza. Pero logró, quizá mejor que nadie, acercar hasta Dios nuestra experiencia mundana en canciones como 'Respect', '(You make me feel like) A natural woman' o 'Amazing Grace'. Es por eso que, en su voz, la música 'soul' cobraba su significado original ("alma") y uno se olvidaba del cuerpo y la persona que la cantaba.
Pero, por mucho que se empeñase en ocultarla, Aretha Franklin tuvo una vida torrencial. El biógrafo David Ritz, autor de obras junto a Ray Charles y Marvin Gaye, colaboró con ella a finales de los 90 para co-escribir 'From these roots', una autobiografía edulcorada en la que Lady Soul esquivó los muchos puntos escabrosos de su historia. Empeñado en sacar a la luz lo que ella pretendía esconder, publicó a mediados de la pasada década su versión, que ahora presenta en España Libros del Kultrum con el título de 'Aretha Franklin. Apología y martirologio de la Reina del Soul'.
El libro no sentó nada bien a la cantante. "Aretha y yo tuvimos una monumental pelea en 2013 después de que yo decidiese seguir adelante y publicar esta biografía", explica Ritz desde Los Ángeles. "La verdad es que no volvimos a hablar tras su publicación".
Nunca llegaron a hacer las paces. "Le habían diagnosticado cáncer de páncreas en 2010 y el año anterior había anunciado que se retiraba de la música", explica el biógrafo antes de rememorar aquel 16 de agosto de 2018 en que murió: "Fue devastador. Posiblemente fue Obama quien describió de manera más conmovedora lo que ella significó para todos nosotros: 'Aretha ayudó a definir la experiencia estadounidense. En su voz podíamos sentir nuestra historia, toda ella y en cada tono: nuestro poder y nuestro dolor, nuestra oscuridad y nuestra luz, nuestra búsqueda de la redención y nuestro respeto ganado con tanto esfuerzo'".
Ritz insiste en que, en el caso de Aretha, "todo está entrelazado: su estilo de vida y su carrera son parte de una misma cosa". Su padre, el reverendo C. L. Franklin, fue un pastor progresista de Detroit muy popular en la comunidad afroamericana de EEUU cuya esposa abandonó el hogar, dejando a Aretha sin madre. La música espiritual corría por sus venas, declara Ritz: "Lo había presenciado todo antes en casa. E incluso había visto cómo las novias de su padre, Clara Ward y Mahalia Jackson, le allanaron el camino. El soul, en todas sus formas, estaba en el centro mismo de todos sus proyectos musicales, ya fuera en compañía de un cuarteto de jazz, una orquesta de pop o un coro de iglesia".
PROMISCUIDAD Y EMBARAZOS ADOLESCENTES
Aunque de origen judío, Ritz acabó abrazando el cristianismo tras trabajar junto a Ray Charles, Marvin Gaye y la propia Aretha. Eso es algo que se puede entender al ver 'Amazing Grace', el concierto que grabó Sydney Pollack sobre los recitales 'gospel' de Aretha. "Cada fragmento de música que formaba parte del mundo de Aretha viene de la música sagrada, y eso te lleva a apreciar esos momentos de éxtasis, de alegría y trance", añade Ritz.
El autor señala que "la ausencia de su madre y el hecho de que ni Clara Ward ni Mahalia Jackson la reemplazaron de verdad hizo de este hecho algo muy difícil de superar" para la cantante. "No creo que le supusiera problemas morales, pero las consecuencias de tal promiscuidad en la casa del reverendo Franklin iban a tener un impacto profundo en los primeros años de Aretha".
Por ejemplo, en las experiencias sexuales durante su adolescencia. "Después de las explosiones extáticas de los servicios religiosos, había una intensa vida social", que incluía escarceos con hombres. "Nunca se sintió cómoda al hablar de eso, tampoco en su autobiografía. Pero hay fuentes que indican claramente que esto era parte del ritual festivo después del culto".
Los efectos fueron conocidos: se quedó embarazada con 12 años y a los 15 ya había dado a luz a su segundo hijo. "Ser criada de una manera tan poco ortodoxa, incluso para los estándares de su propia comunidad, no le enorgullecía, y mucho menos le hacía sentirse cómoda", explica Ritz. "El mero deseo de intentar ocultar un comportamiento tan heterodoxo y sus consecuencias en su autobiografía habla por sí mismo. No era la historia que quería escuchar sobre su educación idealizada y, ciertamente, no era por lo que quería que la recordaran".
Tampoco por sus adicciones: "El alcohol acabó convirtiéndose en un gran problema, cuyos efectos fueron extremadamente dañinos para su salud y un problema cada vez más preocupante en demasiadas ocasiones durante los últimos años de su carrera". Y no sólo eso: "La comida es una droga tan dañina como muchas otras sustancias, y ella tampoco fue una excepción en ese sentido".
El retrato de Ritz se completa con otro de los grandes conflictos de Aretha: el dinero. "Sus interminables problemas con las autoridades fiscales y el hecho de que, de manera reiterada, fuese incapaz de dejar un testamento son ejemplo de que siempre tuvo un problema con este asunto. Y, sin embargo, siempre intentó ser magnánimamente generosa y vivir con estilo de acuerdo a su estatus".
Aretha es hoy un icono del empoderamiento femenino, sobre todo por darle la vuelta al 'Respect' de Otis Redding y hacer de la canción un himno feminista. También una referencia para la comunidad negra para su país, como quedó patente en su actuación durante la toma de posesión de Barack Obama como presidente, en 2008. En los 12 años que han transcurrido desde entonces, el movimiento Black Lives Matter ha ido sustituyendo a aquel optimismo 'obamiano'. Y Ritz lo celebra: "Hay demasiados casos abominables y no se hace nada para cambiar las cosas. No podría estar más de acuerdo con la necesidad de hacer esto visible y, de una vez por todas, abordarlo aquí y en todas partes".
Incluso si eso le pone en el punto de mira, en cuanto blanco escribiendo sobre negros. Pero él no tiene miedo de que le acusen de apropiación cultural: "La propia historia de la música es el resultado de mezclar tradiciones, rituales, sonidos, instrumentos, armonías, ritmos de todo el mundo ... Pensar en términos de aculturación y apropiación indebida es no entender qué es la música. La música afroamericana probablemente nunca habría sido aquello en lo que terminó transformándose si no hubiera sido por la llegada y la mezcla de tradiciones europeas o incluso de sus instrumentos... Y lo mismo se aplica a la música pop de Europa".
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