martes, 5 de enero de 2021

Dios sigue hablando, pero el hombre sigue sin escuchar



 Tal vez no te has percatado de ello, Dios te está hablando.

Tal vez no lo has notado porque estás muy distraído, y no te culpo. Vivimos tiempos muy difíciles con esta Pandemia que ha traído muerte, el cierre de las Iglesias, de empresas, cesantías e incertidumbre por el futuro. Te preguntas qué va a pasar y no encuentras respuestas.

Hoy Dios te habla. Seguro no lo has notado porque no has tenido momentos de silencio, reflexión, oración profunda o no has tomado aquella vieja Biblia que tienes abierta en algún rincón de la casa.

Un Padre siempre habla con sus hijos. Les transmite su amor, les indica lo que espera de ellos, lo que pueden lograr con sus vidas, este don extraordinario.

Dios te está hablando, eres su hijo o su hija. Y él quiere comunicarte su amor. Desea que confíes en Él. Y no temas pedir porqué Él te va a ayudar a hacerlo.

«Somos débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como con gemidos.» (Romanos 8, 26)

Dios nunca nos abandona, pero nosotros a Él sí. Y lo sacamos de nuestras vidas.

Nos distraemos demasiado fácil y no le damos a Dios el tiempo ni el amor que merece y que a nosotros nos harían mucho bien, por las gracias que recibimos al estar en su presencia Divina. Me ha ocurrido y de pronto llega Dios, pasa y siento sus palabras: «Aquí estoy Claudio».

Con Él todo es paz y serenidad.

Hace mucho el hombre descubrió sus cualidades extraordinarias, su misericordia y su amor por toda la humanidad.  «Yo sabía que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y lleno de bondad, siempre dispuesto a perdonar.» (Jonás 4, 2)

Hoy Dios te habla, pero no estamos escuchando.

“Pero Claudio, ¿cómo puedo escucharlo y saber lo que desea de mí?”, me escribió hace algún tiempo una lectora de mis libros.  Por la experiencia que he tenido con Dios a lo largo de estos años le respondí:

  1. A través de las Sagradas Escrituras. Lee la Biblia.
  2. En la Naturaleza, obra de sus manos, que es un reflejo de su creador.
  3. En las circunstancias de la vida. Son como letreros que encuentras en el camino de la vida, pon atención y lee.
  4. A través de otras personas a las que Dios inspira para llevarte su Palabra.
  5. En el silencio, dejando a un lado los ruidos del mundo. A Dios se le escucha con claridad en el silencio.
  6. En la oración devota. Dios siempre responde nuestra oración. En lo personal siempre he considerado que orar es estar en la presencia de Dios y contemplar su majestad.

Hay otras formas, extraordinarias, y las encontramos en la Biblia. Elías sintió su paso en el murmullo de una suave brisa. Ésta promesa en particular  siempre me ha impresionado.

«El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.” (Juan 14)

Hoy Dios le habla al mundo con URGENCIA. ¿Lo escucharás?

“Habla Señor, tu siervo escucha. Aquí estoy, para hacer tu voluntad.”.

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