Sacerdote diocesano y después jesuita conocido. como "el apóstol de Madrid", dedicado sobre todo a los pobres y a los penitentes
José María Rubio, conocido como “el padre Rubio” o “el apóstol de Madrid”, nació en Dalías (Almería) en 1864.
Era de carácter sencillo y callado. Fue ordenado sacerdote en Madrid y desempeñó su ministerio como coadjutor en Chinchón y como párroco en Estremera. Más tarde, a los 42 años, se haría jesuita.
Siempre quiso obedecer a sus superiores, con el lema “hacer lo que Dios quiere, querer lo que Dios hace”. Destacó por su predicación y por la atención a los penitentes en la confesión y a los pobres. Era muy generoso.
Desarrolló gran parte de su labor pastoral en los barrios más necesitados de Madrid: Cuatro Caminos, Puente de Vallecas, el Matadero… Organizó escuelas dominicales en Mesón de Paredes. Atendió a las Madres Bernardas y participó en la fundación de las Damas Apostólicas.
Falleció en Aranjuez en 1929.
Sus restos se veneran en la iglesia de los jesuitas de la calle Serrano de Madrid.
Oración en la soledad
Señor, hemos creado un mundo global, una ciudad intercomunicada, un laberinto de solitarios. Te confieso que muchas veces me encuentro solo y perdido en medio de esta tupida red.
Tú que diste a José María Rubio la capacidad de consolar a los solitarios y a los tristes, mostrando en Jesús el amor que nunca falla y el amigo que siempre espera, te ruego por su intercesión que me acompañes en el camino, me concedas la alegría de vivir y me señales mi auténtico fin, orientándome entre tantos reclamos y solicitudes. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
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