sábado, 1 de enero de 2022

Andy Warhol y la religión: muestran cómo el catolicismo se filtró en su arte

 


“Andy Warhol: Revelation”, la exposición en el Museo Brooklyn, exhibe pruebas de la creencia religiosa del artista en sus obras.

Al dirigirse a la rutilante multitud que asistió a la ceremonia conmemorativa de Andy Warhol en la catedral de San Patricio en 1987, el historiador de arte John Richardson dijo sobre la fe católica del artista: "Aquellos de ustedes que lo conocieron en circunstancias que eran la antítesis de lo espiritual podrán sorprenderse de que esa faceta existiera. Pero sí existió, y es clave para la psique del artista".

Andy Warhol: Revelation, exposición en el Museo Brooklyn tendiente a cambiar el paradigma, toma este concepto y lo desarrolla, exhibiendo amplias pruebas de creencia religiosa encontradas en el arte de Warhol de cara al público, así como en su yo más privado observado por Richardson.

La muestra explora el catolicismo de Warhol en toda su inquietud y complejidad, prestando plena atención a su vida como hombre gay, a los objetos de consumo secular y a las celebridades de su arte pop.

Vista de la instalación, “Andy Warhol: Revelation” en el Museo de Brooklyn. A la izquierda, dos serigrafías tituladas “Cross” (1981-82); derecha, "Skull" (1976). Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

Vista de la instalación, “Andy Warhol: Revelation” en el Museo de Brooklyn. A la izquierda, dos serigrafías tituladas “Cross” (1981-82); derecha, "Skull" (1976). Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

Estos conflictos se manifiestan en sus obras menos conocidas, como el cuadro de 1985-86 La última cena (ser alguien con un cuerpo), que fusiona el Cristo de Leonardo da Vinci con el aficionado al fitness de un aviso publicitario, y en nuevas lecturas de objetos tan familiares como las cajas serigrafiadas con el logotipo del ketchup Heinz (en este caso vinculadas al pan y al vino del ritual católico, en contraposición al supermercado).

La muestra refleja un nuevo e intrigante énfasis entre curadores y académicos puesto en una lectura más biográfica e identitaria de Warhol: más persona, menos personaje.

El gran éxito de boletería de 2018 Andy Warhol: From A to B and Back Again (Andy Warhol: de la A a la B y viceversa) en el Museo Whitney de Arte Estadounidense de Nueva York dio espacio considerable a los primeros dibujos explícitamente homoeróticos del artista; como escribió el crítico Holland Cotter en The New York Times, la inclusión de estas obras nos hizo pensar en "cómo y hasta qué punto su arte rarificó (acepción posible derivada del inglés 'queer') –para usar un término de la teoría académica– las versiones recibidas de la cultura estadounidense: cuestionó su validez, reveló sus contradicciones, las dio vuelta de adentro para afuera".

Del mismo modo, la retrospectiva itinerante Andy Warhol: Lifetimes, actualmente en el Museo de Arte de Aspen (Colorado), "coloca una lente extraña sobre el artista" (según el sitio web de la exposición) y pone en primer plano material de archivo "para analizar la vida del artista en paralelo con su obra".

El certificado de bautismo de Andy Warhol se encuentra en una sección del programa llamada "Raíces de inmigrantes y religión", junto con un libro de oraciones que pasó de madre a hijo, una serie de cruces conservadas por Warhol, objetos religiosos, una tarjeta de Navidad que hizo y una carta afirmando las donaciones a las iglesias de Nueva York. Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

El certificado de bautismo de Andy Warhol se encuentra en una sección del programa llamada "Raíces de inmigrantes y religión", junto con un libro de oraciones que pasó de madre a hijo, una serie de cruces conservadas por Warhol, objetos religiosos, una tarjeta de Navidad que hizo y una carta afirmando las donaciones a las iglesias de Nueva York. Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

Los domingos, a misa

Nacido en la ciudad de Pittsburgh y anotado con el nombre Andrew Warhola, de padres que habían emigrado de Eslovaquia, Warhol creció en el barrio Ruska Dolina (donde la iglesia católica bizantina San Juan Crisóstomo era un centro de encuentro para la población de clase trabajadora, principalmente de origen carpatorrusino).

Todos los fines de semana iba a misa con la madre y, entre otros iconos, veía cuadros de los apóstoles San Juan, San Andrés, Santo Tomás y San Pedro; prestados por la iglesia para esta exposición, sirven de anclaje a una galería inicial de objetos religiosos efímeros de la educación de Warhol.

Cerca de ellos hay delicados dibujos de ángeles realizados por la madre, Julia Warhola, cuya influencia en la fe de Andy –hasta bien avanzada su vida adulta, cuando la mujer siguió viviendo con él– no puede ser sobreestimada. (En un artículo publicado en 1966 en la revista Esquire, lo llama "buen chico y religioso").

Warhol también tendría familiaridad con los iconos dorados de la tradición católica bizantina con los que a menudo se comparan sus pinturas de Marilyn Monroe sobre fondo dorado.

La muestra podría haber utilizado una de estas luminosas obras –me viene a la mente Gold Marilyn del Museo de Arte Moderno de Nueva York–, si bien incluye un delicado collage dorado a la hoja de un pesebre de Navidad, creado por Warhol durante la década de 1950 y posiblemente relacionado con las campañas publicitarias navideñas en las que trabajó como ilustrador comercial.

“La Última Cena” de Andy Warhol (detalle), 1986, serigrafía y collage de papel de artes gráficas en color, en la exposición “Andy Warhol: Revelación”, que explora el catolicismo del artista en toda su ansiedad y complejidad. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

“La Última Cena” de Andy Warhol (detalle), 1986, serigrafía y collage de papel de artes gráficas en color, en la exposición “Andy Warhol: Revelación”, que explora el catolicismo del artista en toda su ansiedad y complejidad. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

En general la exhibición (organizada por José Carlos Díaz, curador jefe del Museo Andy Warhol de Pittsburgh donde en 2019 debutó la muestra, y supervisada en Brooklyn por la curadora asociada Carmen Hermo) se sustenta en el material más oscuro de la colección del Museo Warhol, incluidas obras que podrían considerarse preparatorias o inacabadas.

Ejemplo fascinante de eso es una serie de fotografías y dibujos de 1981 de modelos femeninas amamantando a sus hijos para un proyecto de pintura abandonado, Madonas modernas (realizado en colaboración con el fotógrafo Christopher Makos).

Los curadores proponen una cita reveladora de Warhol, a quien al parecer le preocupaba que estas imágenes no fuesen bien recibidas: "Sé que esta serie va a ser un problema. Es algo demasiado extraño, madres, bebés y amamantamiento".

El interés permanente de Warhol por los fluidos y los procesos corporales se analiza más a fondo en una sección de la muestra titulada "El cuerpo católico", que es la más potente de la exposición.

Allí, la tensión entre su educación católica y su vida adulta como hombre abiertamente gay se manifiesta en lienzos pequeños de algodón y lino manchados con gotas abstractas de semen y orina, así como en el mencionado cuadro de Jesús fisicoculturista.

Refiriéndose a esta obra y a otras de principios de la década de 1980, los curadores establecen una poderosa conexión entre la "fe y la sexualidad entrelazadas" de Warhol y sus bien documentados temores al SIDA, citando estudios recientes de la conservadora del Museo Warhol, Jessica Beck.

Obras de la exposición de Julia Warhola, la madre de Andy, con una del artista, a la derecha, en el centro, con tres retratos de madre e hijo. Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

Obras de la exposición de Julia Warhola, la madre de Andy, con una del artista, a la derecha, en el centro, con tres retratos de madre e hijo. Foto Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY; Jonathan Dorado, a través del Museo de Brooklyn

Warhol le atormentaba la vulnerabilidad de su propio cuerpo, sobre todo después del intento de asesinato a tiros en 1968 por parte de Valerie Solanas, integrante del estudio The Factory, y su miedo a menudo se despliega en imágenes católicas.

En la famosa fotografía de Richard Avedon de 1969 –un plano cercano del torso de Andy surcado por cicatrices de la operación que le hicieron tras los disparos– se convierte en un San Sebastián, el mártir cristiano que aparece atado a un árbol y atravesado por flechas en muchas imágenes del arte occidental.

Su temor a las enfermedades, a la imperfección y la decadencia corporal alcanzó una especie de cumbre en sus últimas pinturas basadas en la "Última Cena" de Leonardo, última serie que expuso antes de morir de un paro cardíaco el día siguiente a someterse a una operación de vesícula.

Estas obras se exhibieron con bombos y platillos en Milán en 1987, en un monasterio situado justo enfrente del mural de Leonardo, acontecimiento representado en Brooklyn por una impactante galería de dos cuadros de gran escala y una muestra de las populares reproducciones, a veces kitsch, en las que se basó Warhol.

“La Última Cena” de Warhol (1986), tinta acrílica y serigrafía sobre lienzo, la última serie que expuso antes de su muerte. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

“La Última Cena” de Warhol (1986), tinta acrílica y serigrafía sobre lienzo, la última serie que expuso antes de su muerte. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

Los comentarios anteriores sobre las pinturas de la Última Cena de Warhol han tendido a centrarse en ideas sobre la celebridad y la copia artística, que ciertamente están presentes en cualquier momento en que Warhol interviene en una obra de Leonardo, pero Jessica Beck argumenta de forma convincente que se trata de expresiones agónicas de dolor y miedo como reacción a la crisis del SIDA (especialmente después de que la enfermedad matara al novio de Warhol, Jon Gould, en 1986).

"Más que una demostración de reverencia por la obra maestra de Leonardo, e incluso una revelación de su propia fe católica, los cuadros de la Última Cena de Warhol son una confesión del conflicto que sentía entre su fe y su sexualidad", escribe Beck, "y, a fin de cuentas, una súplica de salvación del sufrimiento al que estaba sometida la comunidad homosexual durante esos años". (El ensayo de Jessica Beck, que apareció por primera vez en el catálogo de la exposición del Whitney, no está incluido en el pequeño libro de "Andy Warhol: Revelation", pero se lo puede conseguir en Internet y debería ser de lectura obligatoria).

“Raphael Madonna- $ 6.99” de Warhol, de 1985, tinta acrílica y serigrafía sobre lino. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

“Raphael Madonna- $ 6.99” de Warhol, de 1985, tinta acrílica y serigrafía sobre lino. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

Ante sus propios ojos, ¿hasta qué punto era católico Warhol? Sabemos por sus diarios que iba a la iglesia a menudo, aunque a veces sólo por "diez o cinco minutos".

En su reciente biografía de Warhol, el crítico de arte Blake Gopnik cuestiona la idea de que el artista fuera un católico ferviente. "A lo largo de su vida, Warhol fue ciertamente un asiduo asistente a la iglesia, al menos de forma intermitente", señala.

"Pero no hay manera de mirar dentro de su corazón y saber si esto muestra una profunda religiosidad o, en su lugar, una mezcla de estética y de superstición bastante práctica: después de todo, también usaba cristales para alejar las enfermedades y no puede ser correcto considerar eso menos sensato, menos normal o menos efectivo que la oración cristiana".

Sin duda Warhol era lo suficientemente irreverente como para hacer obras del tipo del cuadro Cristo $9,98, basado en el aviso periodístico de una lámpara nocturna con la forma de Jesús.

Y no temía ser crítico con el papel que la Iglesia católica ha desempeñado en la historia, como se ve en una serie llamada Pistolas, cuchillos y cruces realizada en 1981 y 1982 para una exposición en Madrid, que establece conexiones explícitas entre el crucifijo y otros instrumentos de violencia.

"Cristo, $ 9,98" de Warhol, de 1985 a 1986, basado en un anuncio en un periódico de una luz nocturna con la forma de Jesús. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

"Cristo, $ 9,98" de Warhol, de 1985 a 1986, basado en un anuncio en un periódico de una luz nocturna con la forma de Jesús. Foto Andy Warhol Foundation for the Visual Arts, Inc./ Con licencia de Artists Rights Society (ARS), NY

Después de ver Andy Warhol: Revelation, sin embargo, es difícil discutir la idea de que el catolicismo fue importante para Warhol. Rituales, estructuras e incluso algunas creencias religiosas se filtraron en su arte y complican nuestra comprensión del mismo, y de Warhol.

Esto se percibe con especial sensibilidad en un rollo de película fascinante de un proyecto no realizado, destinado a un pabellón ecuménico patrocinado por el Vaticano para la HemisFair de 1968 (la Feria Mundial oficial de ese año) en San Antonio, Texas.

La idea original de Warhol, encargada por la familia Menil y financiada por la Iglesia Católica, era mostrar la puesta de sol en diversos puntos del país. Por razones que no están claras aún, el pabellón nunca se terminó; entonces Warhol incorporó el material a su película de 25 horas de duración **** (Cuatro estrellas) de 1967.

Fotograma de la película de Warhol en 16 mm "Sunset", de 1967. Las bandas de color púrpura intenso de la puesta de sol le han valido a la película comparaciones con la Capilla Rothko. Foto Museo Andy Warhol

Fotograma de la película de Warhol en 16 mm "Sunset", de 1967. Las bandas de color púrpura intenso de la puesta de sol le han valido a la película comparaciones con la Capilla Rothko. Foto Museo Andy Warhol

En el fragmento de aproximadamente 15 minutos que se exhibe del film en el Museo Brooklyn, el sol se hunde en el Océano Pacífico a lo largo de la costa de California mientras la cantante Nico recita lentamente líneas crípticas sobre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad.

A primera vista, no parece una obra muy estilo Warhol: las franjas de color púrpura intenso de la puesta de sol han hecho que la película se compare con otro encargo de los Menil, la Capilla Rothko. Pero es profunda y convincentemente espiritual.

The New York Times

Traducción: Román García Azcárate

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