Hacer actividad física junto al mar es placentero y tiene muchas ventajas para el cuerpo, pero también implica riesgos que hay que tener en cuenta
Para proteger los tobillos, recomienda realizar un trabajo previo de movilidad articular y de elongación para que estén lubricados con líquido sinovial y así no sufran ningún trauma.
Lo aconsejable es una duración de a partir de veinte minutos “para activar el metabolismo aeróbico y que éste actúe sobre la quema de grasas y aumentar la capacidad aeróbica”, aconseja. Según el grado de entrenamiento de cada uno, la sesión puede llegar a una hora.
Antes y después
-Es recomendable siempre una previa entrada en calor, “adaptando el sistema cardiorrespiratorio para ejecutar una carrera, en arena blanda o húmeda, para no sufrir lesiones”, señala el entrenador. Son diez a quince minutos para lograr un acondicionamiento general. Se realizan movimientos articulares de cadera, rodilla, tobillo, hombros y brazos para aumentar la temperatura corporal y adaptar la frecuencia cardíaca. “No realizar una buena entrada en calor puede generar una lesión muscular o articular. Además, se tienen que irrigar las articulaciones con la segregación de líquido sinovial”, detalla Guillermo Sardi.
Al terminar, se impone una elongación general del cuerpo y, puntualmente en las piernas, un estiramiento de entre diez y quince segundos por grupo muscular (posteriores, cuádriceps, aductores, glúteos, gemelos), repitiendo tres veces. Y para finalizar, un baño de agua fría en el mar ayuda a bajar la tensión muscular.
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