SARA SOLACHE
Existen pocos estudios que lo avalen, pero algunas sustancias que contiene este alimento tienen un efecto positivo en el cerebro
El cerebro es nuestro órgano sexual por excelencia. Los pensamientos, sentimientos y sensaciones placenteras corporales se miden por la actividad de nuestras neuronas. Incluso el orgasmo ocurre por la activación de ciertas vías neuronales y la desactivación de otras. Ello, sucede en el sistema límbico, una parte de nuestro cerebro muy primitiva y parecida entre hombres, monos y ratones. El hecho de que los alimentos puedan jugar un papel en el deseo y la excitación sexual tiene que ver con las sustancias que afectan a esta compleja maquinaria.
El chocolate como afrodisíaco
En Sudamérica, los aztecas tomaban en sus ceremonias infusiones a base de semillas de cacao y ajíes que les proporcionaba una gran energía por el contenido en feniletilamina y teobromina. Según el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, estos dos neurotransmisores son muy estimulantes y combaten la fatiga, mejora la circulación sanguínea, revitalizan el sistema nervioso central y elevan el rendimiento sexual.
Aunque ningún estudio sostiene que el cacao aumente el deseo sexual si que se afirma que contiene cafeína y fenetilamina. Este compuesto es producido en nuestro organismo en grandes cantidades y el cacao y el chocolate negro colaboran a mantener los niveles de esta sustancia. Otras sustancias que se liberan mediante la acción de este neurotransmisor son la dopamina, la noradrenalina y la serotonina.
La dopamina es la protagonista neuroquímica principal de la sensación de enamoramiento ya que activa nuestros circuitos cerebrales límbicos de recompensa que hacen que algo nos parezca malo o bueno, indiferente o excitante. Este neurotransmisor se ve también involucrado en el fenómeno de la adicción ya que al encontrar una actividad que produce placer, el deseo de repetir esa satisfacción crece.
Ningún estudio avala el hecho de que el chocolate o ningún otro alimento reconocido como afrodisíaco lo sean realmente. El hecho de que algunos alimentos contengan sustancias que sean beneficiosas para el cerebro es lo que las convierte en potencialmente afrodisíacas. Sentirnos de mejor humor o con más energía puede hacer que aumente el deseo sexual y lo que conseguimos a través de sustancias como la dopamina es precisamente eso.
Otros alimentos afrodisíacos
Un estudio publicado en la Revista de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva ha demostrado que las ostras pueden aumentar los niveles de testosterona en hombres sedentarios. Su alto contenido en zinc, que ayuda a la regulación de los niveles de testosterona podría ser la respuesta ya que activa los neurotransmisores nerviosos, encargados de la formación de hormonas sexuales.
La raíz de la planta del ginseng es utilizada en medicina complementaria para tratar la disfunción sexual, así como para mejorar el comportamiento sexual, aunque su eficacia no está clara. La investigación en este campo no es suficiente y una revisión de unos 50 artículos científicos sobre la eficacia de los alimentos considerados afrodisíacos así lo concluyen.
En cuanto al vino, también suele incluirse en los listados de alimentos y sustancias afrodisíacas. El motivo no es otro que el alcohol que contiene esta bebida, una droga depresora del sistema nervioso central que afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición.
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