El hombre vive sólo en la esperanza, y esto no es vida, porque esperanza significa sueño.
A no ser que vivas aquí y ahora, no estás vivo.
Eres un peso muerto, y ese mañana que colmará todas tus esperanzas nunca va a llegar.
Cuando llegue la muerte, sólo entonces te darás cuenta de que ya no hay mañana, y ya no puedes aplazar.
Entonces te sentirás decepcionado, engañado, pero nadie te ha engañado; tú eres el responsable de todo el lío.
Intenta vivir en el momento, en el presente, y no albergues esperanzas, independientemente de cuál sea su naturaleza.
Puede que sean mundanas, puede que sean del otro mundo; da igual.
Puede que sean religiosas -en alguna parte en el futuro, en el otro mundo, en el cielo, en el nirvana, después de la muerte-, pero eso da lo mismo.
No tengas esperanzas. Incluso si sientes una sutil desesperación, permanece aquí.
No te vayas del momento de aquí y ahora. ¡No te vayas! Padécelo, pero no permitas que entre la esperanza.
A través de la esperanza entran los sueños.
No tengas esperanza. Si en la vida no hay esperanza, no tengas esperanza. Acéptalo, pero no te aferres a ningún acontecimiento futuro.
Entonces, de pronto, habrá un cambio. Una vez que permaneces en el momento presente, los sueños se paran; porque entonces no pueden surgir.
Se ha retirado la fuente.
Tú cooperas con ellos, los cuidas maternalmente; por eso surgen. No cooperes con ellos, ni los cuides maternalmente.
OSHO
El libro de los secretos v3
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