En cierto lugar había un sabio admirado por su bondad y su paciencia. Nunca se le oía quejarse y siempre parecía estar tranquilo y feliz. No era de extrañar que despertara la curiosidad de sus paisanos: ellos también querían vivir como él... ¿Cuál era su secreto?... El sabio se lo reveló:
-"Cuando estoy echado, estoy echado. Cuando estoy de pie, estoy de pie. Cuando ando, ando. Cuando corro,corro"
-" Pero eso hacemos nosotros también- dijeron, decepcionados sus interlocutores-, sin embargo, nuestra vida no es como la tuya ¡Tiene que haber algo más!"
-"Tenéis razón- admitió el sabio-, hay una diferencia: vosotros cuando estáis echados, ya estáis de pie, y apenas estáis de pie, ya andáis, y apenas estáis andando, ya corréis"
Poco a poco los oyentes iban comprenciendo lo que el sabio quería decir.
-"Pensáis en el mañana y os perdéis el hoy, no escucháis cuando alguien habla, creéis que vuestra felicidad es lo que todavía no tenéis. Vuestra atención pertenece a lo que aún está por venir..."
(Cuento de la tradición zen).
Namaste
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