¿Cómo nos puede preocupar tanto nuestra felicidad cuando la humanidad se enfrenta a tantos problemas?
El hambre, la pobreza, las condiciones de vida miserables, las
escasas oportunidades de la mayoría de las personas para
desarrollar su habilidad y su talento...
En
realidad, hasta que no has dejado tus propios problemas no
puedes tener una perspectiva correcta para comprender los
problemas del mundo.
Tu propia casa está hecha un desastre, tu propio ser interior es un caos...
¿Cómo vas a tener una perspectiva para comprender problemas tan extensos?
Ni
siquiera te comprendes a ti mismo; empieza por ahí, porque si
empiezas por otro lado no llegarás a ninguna parte.
Las
personas en un estado de terrible confusión mental empiezan
por ayudar a los demás, y a proponer soluciones...
Esas personas han causado más problemas en el mundo de los que han resuelto.
Ésos
son los que realmente crean las dificultades: los políticos,
los economistas, los llamados funcionarios, los misioneros.
Ellos
son los que crean las dificultades; aún no han resuelto su
consciencia interior, y siempre están dispuestos a abalanzarse
sobre cualquiera para resolver sus problemas.
Así es como evitan su propia realidad; no quieren enfrentarse a ella.
Prefieren meterse en otras cosas, con otras personas.
Con eso tienen algo que hacer, una buena distracción. Recuérdalo: tú eres el problema del mundo.
El problema eres tú, y a menos que ese problema se resuelva,
hagas lo que hagas sólo contribuirás a complicar aún más las
cosas.
En primer lugar arregla tu casa, crea en ella un cosmos, porque ahora es un caos.
OSHO
ALEGRÍA
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