Por norma general no requiere tratamiento aunque es importante mantener una adecuada higiene oral y dental
Al lavarnos los dientes es posible alarmarse por el aspecto que ha tomado nuestra lengua, agrietada o fisurada. Lo cierto es que, según los expertos, es una condición benigna y no contagiosa que afecta a la superficie superior de la lengua que se marca con un surco profundo y prominente en el centro de la misma o con pequeñas fisuras en la superficie, lo que hace que tenga un aspecto arrugado.
Conocida también como lengua plicata o escrotal se desconoce qué causa exactamente este aspecto aunque son muchos los investigadores que aseguran que la lengua fisurada es una variación de una lengua normal y en muchos casos la condición es genética, ya que a menudo se observa dentro de las familias consanguíneas. Sin embargo, distintos estudios afirman que su aspecto puede ocurrir en asociación con un síndrome o condición subyacente, como tabaquismo, estrés, desnutrición, deficiencias vitamínicas, psoriasis, síndrome de Down o de Melkersson-Rosenthal, una afección neurológica.
No suele requerir tratamiento
Los signos de la lengua fisurada pueden estar presentes durante la niñez, pero la apariencia tiende a volverse más severa y prominente a medida que se envejece.
Por norma general no requiere tratamiento aunque es importante acudir al médico especialista en estomatología para verificar el diagnóstico así como mantener un cuidado oral y dental adecuado eliminando los restos de comida. Las bacterias y la placa pueden acumularse en las fisuras y provocar mal aliento y una mayor posibilidad de caries.
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