POR RICK WARREN — SEPTIEMBRE 16, 2022
“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal”. Proverbios 3:5-7 (NTV)
¿Alguna vez has tenido la sensación de que algo estaba muy bien, pero cuando lo hiciste, terminó siendo muy, pero muy malo?
Los sentimientos mienten. ¡Te mienten todo el tiempo! Hay una vieja canción del oeste que dice: “¿Cómo puedes estar mal cuando te sientes tan bien?” ¿Estás bromeando? Hay muchas cosas que están mal que se sienten tan bien en este momento.
Después de seis meses en una relación, te preguntas: “¿En qué estaba pensando?” Unas pocas semanas en un trabajo, piensas: “¿Cómo terminé atrapado en esto?” Una decisión rápida que parecía inofensiva con el tiempo te deja destrozado y marcado por años.
Si deseas experimentar menos callejones sin salida y fracasos en tu vida, necesitas escuchar lo que Proverbios 3:5-7 nos dice: “Confía en el Señor con todo su corazón; No dependas de tu propio entendimiento. Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará qué camino tomar. No te impresiones con tu propia sabiduría. En cambio, teme al SEÑOR y aléjate del mal” (NTV).
Si realmente quieres la bendición de Dios en tu vida, debes depender de la sabiduría de Dios y no de lo que dicen tus sentimientos o de lo que dice tu instinto. Confía en el Señor y no en tu propio entendimiento.
Entonces, ¿cómo obtienes la sabiduría de Dios?
En tu tiempo de oración. Hablas con Dios y le permites que te hable leyendo la Biblia. Así es como obtienes la sabiduría de Dios.
La Biblia dice en Santiago 1:5, “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará. Dios es generoso y nos da todo con agrado” (PDT).
Dios no quiere que cometas errores tontos. Él no quiere que llegues a callejones sin salida o que sufras un fracaso tras otro en la vida. Dios quiere que tengas éxito. Quiere que tomes decisiones sabias con tu tiempo, tu dinero y tus relaciones.
No es que estés esperando Su ayuda. Él te está esperando a ti. Dios dice: “¡Oye! Estoy aquí. Te daré sabiduría, y te la daré generosamente. No lo hago a regañadientes. Quiero hacerte sabio. Sólo tienes que pedirlo”.
Si quieres ser bendecido, tienes que tener la sabiduría de Dios. Y si quieres la sabiduría de Dios, tienes que entrar en la Palabra de Dios.
Reflexiona sobre esto:
- Piensa en un momento de tu vida en el que dependías de tus sentimientos para tomar una gran decisión. ¿Cuál fue el resultado?
- ¿Cómo te habla Dios? ¿Cómo sabes que es Él quien te habla?
- ¿Por qué es tan importante pasar tiempo con Dios todos los días si quieres saber sus planes para tu vida?
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