domingo, 30 de octubre de 2022

Cómo desarraigar al ídolo del temor

 

Bajo control

Cómo desarraigar al ídolo del temor

Matthew Hosier 30 de octubre de 2022

Imagínese esto: una casa llena de niños que dedican horas de su vida a la lectura. Es el material del que están hechos los sueños de un bibliotecario, algo de lo que cualquier padre debería estar orgulloso de presenciar. ¿Pero qué de los cómics? Mis hijos han pasado gran parte de sus jóvenes vidas disfrutando de las aventuras de Astérix el Galo. Para quien no esté familiarizado con ellas, estas historias presentan a una aldea de galos irreductibles que resisten al Imperio Romano, gracias a la fuerza sobrehumana que les brinda una poción mágica. Cada historia tiene un clímax predecible y termina con los aldeanos sentados alrededor de una hoguera celebrando una nueva victoria.

Astérix es el héroe, pero el jefe Vitalstatistix es el supuesto líder de la aldea y reúne a sus hombres al grito de "Lo único que tenemos que temer es que el cielo caiga sobre nuestras cabezas mañana, ¡pero ese mañana nunca llega!". A pesar de este desafío, un chiste recurrente en las historias es que, en realidad, Vitalstatistix está aterrorizado de que el cielo esté a punto de caerse y, a menudo, confunde varios fenómenos con este evento. En otras palabras, un cielo que se cae es su dios, una especie de ídolo al que está esclavizado. Es un hombre valiente cautivo del temor.

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Aunque podemos reírnos de un personaje así, la triste realidad es que vivimos en una época en la que muchas personas están controladas por sus temores. Pero, como discípulos de Cristo, necesitamos pasar tiempo en su presencia y cultivar el tipo de creencia sincera en la soberanía de Dios que evitará que nuestras ansiedades se conviertan en ídolos controladores de nuestras vidas.

Cuando mis hijos eran más jóvenes, pasé por un período de verdadero temor por una hija. Hay muchas cosas de las que los padres se preocupan: Damos instrucciones a nuestros hijos para que tengan cuidado con el tráfico, les enseñamos a ser cautelosos con los extraños, les advertimos sobre los peligros de las drogas, etc. Pero es fácil que pase de ser una preocupación paternal adecuada, a ansiedades controladoras, no más racionales que la preocupación de que el cielo caiga sobre nuestras cabezas.

Con una hija en particular, yo experimentaba momentos repentinos de pánico horroroso, preocupándome por dónde estaba y qué podría pasarle. Habría sido muy fácil ceder y permitir que esa ansiedad se convirtiera en el poder gobernante de nuestra familia. Podría haber elegido mantener a mi hija todo el tiempo a la vista para controlar cada uno de sus movimientos. Hacerlo podría haber parecido ser producto del amor, pero en realidad habría sido una respuesta a un ídolo del temor. En vez de eso, lo que tuve que hacer fue destruirlo por voluntad propia y negarme a dejar que gobernara mi vida. Sin embargo, por mí mismo, no era capaz de hacerlo; tenía que entregar mis incertidumbres al Dios verdadero y permitirle que me condujera a la libertad y la paz.

Hay un mundo de diferencia entre los asentimientos de adoración balbuceados, y una creencia firme en la soberanía de Dios.

Primera de Juan 4.18 nos dice que "el amor perfecto echa fuera el temor", y para encontrar la fuerza que derriba a los ídolos necesitamos cultivar el deleite en Dios. Este es el tipo de amor que significa que nos lanzamos sin reservas a la gracia que es nuestra en Jesucristo, y elegimos hacer de Él el centro de nuestros afectos, pensamientos y acciones. Cuando lo hacemos, no hay espacio para ningún otro dios en nuestras vidas. Y aunque los temores pueden todavía seguir siendo muy reales, pierden su poder para controlarnos a medida que nuestro deleite en Dios nos obliga a servirle a Él en lugar de hacerlo a nuestras ansiedades.

Diez años después de enfrentarme a ese ídolo del temor irracional, esa misma hija soportó una batalla con la anorexia. Fue una experiencia aterradora para nuestra familia, y en esa oportunidad nuestras preocupaciones se sintieron muy racionales, incluso justificadas. Una vez más, tuvimos que tomar la decisión consciente de que el Señor Jesús iba a seguir siendo el centro de nuestras vidas. Tuvimos que demostrar que hay un mundo de diferencia entre los asentimientos de adoración balbuceados, y una creencia sólida en la soberanía de Dios, que actúa como el marco de toda nuestra vida, incluso en las tormentas más fuertes. A veces no era fácil deleitarnos en Dios; algunos días estábamos tan cansados que era difícil sentir algo, pero era una decisión que seguíamos tomando.

Por la gracia de Dios, mi hija está ahora bien, ama al Señor Jesús y disfruta de la vida. El temor se ha replegado de nuevo a las sombras, pero sé que siempre está buscando una oportunidad para imponerse de nuevo. Sin lugar a dudas, pronto volverá a afligirme. Así que tengo que seguir cultivando el deleite en el Dios verdadero. No puedo permitirme ser como Vitalstatistix, dominado por lo que está fuera de mi control, y que es posible que nunca llegue a suceder. No necesito una poción mágica, sino una creencia sincera en Dios y una comunión permanente con Él, porque su amor será suficiente para sostenerme. Siempre

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