Luis Villapol
Compartir una comida, un vino, una buena conversación y algunas risas con amigos es uno de los momentos más agradables y divertidos. Con frecuencia se acumulan fantásticos recuerdos alrededor de una mesa llena de deliciosa comida y bebida.
Aunque muchas veces los encuentros de último momento son ideales, hay otros en los que hay que planificarse. Idear, dependiendo de la ocasión, el menú, la selección de vinos, así como todos los elementos básicos acordes a una invitación de este tipo.
Cuando escoja un vino para acompañar una comida trate de hacerlo adecuadamente, para que un sabor no opaque a otro, sino más bien lo complemente. Aunque no existen reglas inflexibles sobre la elección de los mismos.
Las Copas
Tenga presente siempre beberlo en copas diseñadas especialmente para ello, ya que realzan su calidad. Compruebe que el borde superior de las copas se inclina hacia adentro, de manera que al beber el apreciado aroma suba directamente hacia la nariz. Claro está, elija la forma adecuada al tipo de vino que se va a consumir. Lo ideal es usar copas de cristal y transparentes.
Sea un encuentro informal o de etiqueta, hay algunas recomendaciones que debe tener en cuenta. No necesita ser un experto en la materia. Una de ellas es saber cómo sostener correctamente una copa.
En ese sentido, debe hacerlo por el tallo, que es la parte larga y fina. Por lo general, los expertos catadores la toman por el pie. Eso sí, no lo haga por la parte ancha (cáliz). Es incorrecto, aparte, para no alterar la temperatura del vino, así como su aroma y sabor.
Sepa que la única copa que se “abraza”, por decirlo de alguna manera, es la del coñac o brandy, que se cubre con la mano para templar y mantener tibio su contenido.
Para disfrutar un vino
Como dijimos anteriormente, no se necesita ser un erudito en el mundo vitivinícola. Pero nunca está de más adquirir conocimientos. Catar un vino no es complicado. Así que tome nota de estos sencillos pasos.
Para empezar, vierta una pequeña cantidad en una copa y observe su color detenidamente. Por ejemplo, un tono verdoso en un sauvignon blanco indicará un sabor fresco, quizás a hierba. Si está en buenas condiciones, el vino debería tener un color cristalino y brillante.
A continuación haga girar el vino de la copa, lléveselo a la nariz y huela bien, igual que haría con un buen perfume. Aprenda a reconocer los aromas de vinos diferentes. En el caso de un sauvignon blanco, con sabor a limón o hierba, ofrece un gran contraste con un buen shiraz, con aromas de pimienta, bayas y madera.
Ahora tome un sorbo muy pequeño y deje que fluya por la boca, comprobando que cubre las papilas gustativas de la lengua. Con el vino en la boca, tome un poco de aire y sienta el aroma en la garganta. No solamente saboreará las características del vino, sino que también notará su textura. Por ejemplo, la viscosidad de un vino de postre espeso o la suavidad aterciopelada de un pinot noir.
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