¿Te atreves a darte un baño en las aguas heladas de Finlandia? Quizá sea bueno para tu piel, tu tensión o incluso tu ánimo, según varias investigaciones
Todos los años nos llegan imágenes de un grupo de guiris (no se puede explicar de mejor manera) que suelen sumergirse en lagos congelados y que después salen felices de los mismos, se secan con una toalla y saludan a la cámara. A nosotros nos parece una locura, aunque si en alguna ocasión has viajado a Noruega, Finlandia o cualquier otro país nórdico, quizá tú mismo hayas querido experimentar eso de un chapuzón helado en aguas lejanas.
¿Es bueno para la salud? Algunas investigaciones apuntan desde hace años que bañarse en aguas heladas ayuda al sistema circulatorio y en general podría contribuir a mejorar algunas áreas. De hecho, desde la pandemia parece que la práctica se ha puesto aún más de moda, o así lo indica Anya Dorodeyko, periodista de BBC, que ha intentado averiguar si realmente hay algún beneficio en ello o es una simple moda.
Un chute de adrenalina
Para ello, habló con la doctora Heather Massey, que trabaja en el Extreme Enviroment Laboratory (algo así como el laboratorio del ambiente extremo), donde se encarga, entre otras cosas, de estudiar qué sucede en el cuerpo cuando se somete a tan bajas temperaturas. Tras analizar que muchas personas dicen sentirse más felices al nadar en aguas frías, llegó a la conclusión de que nuestro cuerpo responde de manera extrema (nunca mejor dicho).
"Al sumergirte entras casi en shock porque es una experiencia que sorprende a los sentidos. Se hiela tu piel, hay una respuesta del sistema simpático, tu corazón se acelera y también tu presión sanguínea y se dispara la hormona del estrés. En otras palabras, te llenas de adrenalina, que es lo que explicaría por qué te sientes tan bien al salir de este baño corto pero intenso", indica Massey.
Se cree que podría reducir las migrañas, la hipertensión o los síntomas que sobrevienen con la irremediable menopausia
Hay numerosos estudios que han tratado de investigar los beneficios potenciales para la salud de estos baños en agua fría. Por ejemplo, se cree que podría reducir las migrañas, la hipertensión o los síntomas que sobrevienen con la irremediable menopausia. En el caso del laboratorio que dirige Massey, se encargan de estudiar si también podría ayudar a reducir los síntomas de depresión, pues mucha gente que lo ha probado asegura que mejora el estado general. Sin embargo, se requieren más estudios al respecto para evitar prescribirlo sin suficiente conocimiento y que acabe convirtiéndose en una simple moda.
Por eso, en la actualidad están realizando numerosas investigaciones y pruebas, sumergiendo a voluntarios en aguas muy frías para analizar cómo cambia su presión sanguínea. No son los primeros estudios al respecto, pues otros se han centrado en que esta bajada de la temperatura del cuerpo favorece la creación de grasa corporal marrón, que es la que puede sustituir a la blanca, y protege contra la diabetes y la obesidad. No obstante, también se advierte que al producirse un súbito aumento de la frecuencia cardiaca, podría ser peligroso para las personas con problemas de corazón.
Al producirse un súbito aumento de la frecuencia cardiaca, podría ser peligroso para las personas con problemas de corazón
Y como al final los estudios sobre los posibles beneficios se han centrado mucho en un grupo de la población concreta, con una edad similar y una condición física parecida, las nuevas investigaciones como la de Massey son necesarias para estar seguro de que pueden prescribirse este tipo de tratamientos. Quizá, si te interesa y quieres conocer de primera mano los beneficios del agua fría en tu cuerpo, te atrevas a darte ese chapuzón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario