POR RICK WARREN — MARZO 12, 2023
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”. Efesios 2:10 (NTV)
Dios no creó nada sin un propósito. Si estás respirando, tienes un propósito. En Cristo, tienes algo que ofrecer al mundo.
Cuando Dios te creó, te conectó de cierta manera y te formó de manera única para una contribución. Nadie ha sido tú en el pasado ni lo será en el futuro. Dios no crea clones ni copias. Incluso los gemelos idénticos son diferentes en miles de formas.
Tu huella digital, voz, latidos del corazón y ojos son únicos. No eres uno en un millón. Eres uno en billones. Dios te hizo a tu medida. Y quiere que seas tú.
Es posible que hayas escuchados toda tu vida: “¿Por qué no puedes ser más como [tu hermano, hermana o amigo]?” Pero si Dios no hubiera querido que fueras tú, entonces no existirías.
Y, sin embargo, puede pasar tu vida tratando de ser alguien que no eres. Cuando haces eso, pierdes todo tu propósito.
Dios no te creó y te puso aquí en este planeta solo para respirar aire, ocupar espacio y morir. Si estás aquí, hay una contribución que solo tú puedes hacer.
“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás” Efesios 2:10 (NTV).
Eres la obra maestra de Dios. Antes de que nacieras, Dios planeó las cosas buenas que quería que hicieras con tu vida. En otras palabras, te dio un ministerio.
Todo el mundo tiene un ministerio. Puedes encontrar tu ministerio observando cómo Dios te formó. Él te dio dones, habilidades y experiencias espirituales únicos para ayudar a otras personas.
Cuando veas cómo estás formado y usas esa forma para bendecir a otros, encontrarás tu ministerio. Y encontrarás tu propósito.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué crees que sucede si no cumples con tu propósito?
- ¿Cómo afecta a la iglesia el cumplimiento de tu propósito o ministerio?
- Piensa en cómo Dios te ha formado de manera única. Haz una lista de tus dones espirituales, corazón, habilidades, personalidad y experiencias. ¿Cómo querría Dios que los uses para el ministerio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario