Justino se convirtió en mártir al ser condenado a muerte en el Imperio romano por desviarse de la tradición católica tal y como se comprendía hasta la fecha
Atrás quedó el mes de mayo y con junio, el verano está a la vuelta de la esquina. Aunque el santoral católico no entiende de estaciones: cada uno de los días que pasan la Iglesia recuerda y conmemora a los miles de santos y beatos que marcaron la historia de la fe católica. Este primer día de junio se recuerda, entre otros, a uno de los primeros apologistas cristianos, pero también se recuerda a una aparición de la Virgen María evitando que un alma cayera en las fauces de un maligno monstruo. Educado en el contexto cultural del paganismo, Justino dedicó gran parte de su vida a difundir lo que consideraba la filosofía verdadera.
Después de mucho viajar, acabó instalado en Roma en tiempos de Marco Aurelio, y allí fue donde fundó el 'Didascáleo romano', una escuela de filosofía cristiana con la que trataba de difundir aquella idea suya. Ahora bien, aquella unión entre la fe y la razón que defendía Justino le hizo enfrentarse al filósofo Crescencio, disputa que le llevó a ser arrestado por practicar una religión no autorizada —se le atribuía una tendencia hacia el arrianismo—. Junio Rústico, prefecto de la capital del Imperio romano por aquel entonces, tenía autoridad militar y civil para decidir su destino, y acabó por condenarlo a la pena capital al no querer Justino (ni otros seis estudiantes suyos también arrestados) renunciar a su fe. "Si somos castigados por nuestro Señor Jesucristo, esperamos ser salvados", se cuenta que dijo antes de morir decapitado. Por esta razón se le considera mártir.
Nuestra Señora de la Luz
También se celebra cada 1 de junio la devoción a la Virgen de la Luz, que se inició en la ciudad italiana de Palermo con el padre jesuita Juan Antonio Genovesi. En torno al año 1722, a una devota se le apareció la virgen, evitando que un alma cayera en las fauces de maligno monstruo; la virgen aparece con una túnica blanca y un manto azul semejante al que aparece en la iconografía de la Inmaculada Concepción. En una mano lleva el alma, y en la otra, al niño Jesús ofreciendo corazones en una cesta.
Según la tradición católica, el color de la túnica y el manto de la virgen simbolizan su pureza y castidad; mientras que los corazones ardientes que porta el niño Jesús significan la caridad y el amor a Dios. En España, la primera congregación religiosa que llevó el nombre de la virgen fue el Colegio Imperial de la Compañía de Jesús de Madrid y actualmente existen varios templos por todo el mundo dedicados a Nuestra Señora de la Luz, no solo en España (en las islas Canarias, principalmente), sino también en Latinoamérica e incluso en Estados Unidos. Además de la festividad de esta virgen, patrona del gas y la electricidad, y de Justino Mártir, la Iglesia católica recuerda cada 1 de junio a los siguientes santos y beatos:
- San Aníbal María di Francia
- San Caprasio de Lérins
- San Floro de Arvernia
- San Fortunato de Montefalco
- San Íñigo de Oña
- San Isquirión
- San José Tuc
- San Próculo de Bolonia
- San Ronan de Quimper
- San Simeón de Tréveris
- San Vistano
- Beato Juan Bautista Scalabrini
- Beato Juan Pelingotto
- Beato Juan Storey
- Beato Teobaldo Roggeri
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