Tal día como hoy se recuerda a uno de los tres grandes evangelizadores europeos junto con San Patricio y San Agustín de Canterbury
Desde los últimos días en la vida de Jesús, hasta las apariciones marianas más recientes, el santoral católico recoge multitud de hitos en el desarrollo de la fe. Algunos de los más importantes son los días reservados para los santos, figuras distinguidas por su especial relación con Dios o bien por ser un ejemplo de amor al prójimo que siguen teniendo un lugar destacado en la memoria de los fieles.
Cada 5 de junio se recuerda a San Bonifacio, uno de los mayores evangelizadores de la historia junto con San Patricio y San Agustín de Canterbury, pues si a estos dos últimos se les atribuye el mérito de haber convertido a Irlanda e Inglaterra, respectivamente, el primero hizo lo propio con Germania. Nacido en Crediton, en el actual condado inglés de Devon, manifestó desde muy joven el deseo de consagrarse a la vida monástica, incluso en contra de los deseos de su padre.
En el año 718, Bonifacio viajó a Roma, donde recibió el encargo de convertir a los paganos de Germania. Siguiendo las directrices del papa Gregorio II, recorrió Turingia, Hesse y Frisia antes de ser nombrado obispo. Continuó su misión en tierras germanas, lo cual le valió ser nombrado arzobispo por el sucesor de Gregorio II, Gregorio III. Cuando tenía cerca de 70 años, murió asesinado en Flandes, a unos 40 kilómetros de Dunkerque.
Además de a San Bonifacio de Crediton, la Iglesia recuerda tal día como hoy otros santos y beatos, entre los que se incluyen:
- Beato Fernando de Portugal
- San Doroteo de Tiro
- Santos Eoban y compañeros
- San Eutiquio de Como
- San Franco de Assergi
- San Ilidio de Arvernia
- San Pedro Spanò
- Beato Pacífico Ramati
- Beato Sancho de Córdoba
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