POR RICK WARREN — JULIO 27, 2023
“En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Corintios 12: 8-10 (NTV)
Nací con un trastorno cerebral que, entre otras cosas, hace que hablar en público sea doloroso. Esencialmente, mi cerebro funciona extremadamente rápido, y causa todo tipo de problemas en mi cuerpo. Durante 50 años, le he pedido a Dios todos los días que lo sane. Y siempre me ha dicho: “Mi gracia es todo lo que necesitas”. Dios ha usado la cosa más dolorosa físicamente en mi vida para moldearme y hacerme depender de Él.
Las cosas por las que más he orado, Dios ha decidido no eliminarlas. Pero, como Job, dijo: “Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él” Job 13:15 (NTV).
Incluso el apóstol Pablo no obtuvo respuesta a todas sus oraciones. De hecho, tenía lo que él llamó un “aguijón en la carne”, un problema de por vida que le causó un gran sufrimiento.
2 Corintios 12: 8-10 dice: “En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte” (NTV).
Si Dios nunca dice “sí” a otra oración en mi vida, todavía le debo el resto de mi vida, y tú también. Dios tiene un plan mejor, una perspectiva más amplia y un propósito mayor.
¿Por qué has estado orando que no ha sucedido? Tal vez quieras casarte, tener un bebé o conseguir ese ascenso en el trabajo. Quizás le has pedido a Dios que te dé algo, o quizás le has pedido que te quite algo, como una enfermedad crónica. Tal vez hayas pasado por algo que te hace sentir que es el final de tu historia.
Este capítulo pasará, pero tu historia no ha terminado. Sea lo que sea que hayas estado esperando, puedes confiar en que Dios está trabajando para tu bien. Incluso cuando no te quite el dolor, Dios te dará su gracia y su poder para atravesarlo.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué sufrimiento sigues esperando que Dios te quite? ¿Qué has aprendido sobre él y sobre ti mientras esperabas?
- Si supieras que Dios no responderá tu oración en esta vida de la manera que quisieras, ¿seguirías orando esa misma oración? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Por qué Dios promete Su gracia en lugar de prometer quitarte el sufrimiento?
Dios quiere que te unas a su familia.
La Biblia dice que todas las personas no alcanzan el estándar perfecto de Dios. Sin embargo, Dios todavía te ama, a pesar de que pecas y tienes defectos. De hecho, Dios te ama tanto que envió a su Hijo, Jesús, para limpiarte de tus pecados y llevarte a la familia de Dios.
Si estás listo para entrar en la familia de Dios, aquí tienes una oración con la que puedes comenzar: “Querido Dios, sé que cuando muera te voy a dar cuenta de mi vida directamente. Confieso que te he ignorado. Sé que he pecado contra ti y he vivido según mi plan, no el tuyo. Quiero que eso cambie, comenzando ahora mismo. Quiero apartarme de mis pecados hacia ti.
“Gracias por enviar a Jesús a morir por todo lo que hice mal para yo no tener que pagar la pena. Sé que no merezco tu perdón. Sé que solo tu gracia puede salvarme, Señor.
“Jesús, gracias por amarme tanto que cargaste con toda mi culpa. Me hiciste aceptable para el cielo y humildemente te pido que me salves. Te pido que me salves de los pecados y los hábitos que están arruinando mi vida en este momento. Yo creo en ti, Jesús. Y creo que mantendrás tu promesa de salvarme instantánea y ciertamente, completa y eternamente. En el nombre de Jesús. Amén”.
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