POR RICK WARREN — SEPTIEMBRE 25, 2023
“Quiero que ustedes reciban una recompensa por su bondad… este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús”. Filipenses 4:17b, 19 (NTV)
Dios promete en la Biblia que, si aprendes a dar como Él, entonces Él va a satisfacer todas tus necesidades.
¿Suena demasiado bueno para ser verdad? Tal vez sí. Pero si la Biblia lo dice, ¡entonces puedes creerlo! Dios dice que, si lo pones de primero en el manejo de tu dinero y aprendes a ser generoso, a mano abierta y de corazón abierto, entonces Él va a satisfacer todas tus necesidades.
Pablo dice en Filipenses 4:17 y 19: “Quiero que ustedes reciban una recompensa por su bondad… este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús” (NTV).
Dios promete satisfacer todas tus necesidades, no toda tu codicia. Hay una diferencia, por supuesto, en lo que realmente necesitas y lo que a veces crees que necesitas. Afortunadamente, Dios sabe la diferencia. Te ama y quiere asegurarse de que no te falte nada, emocional, física, espiritual y mentalmente. Pero también quiere asegurarse de que aprendas a ser como Él, y Él es generoso.
La Biblia dice en 2 Corintios 9:7: “Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, ‘porque Dios ama a la persona que da con alegría’” (NTV).
Nadie debería decirte qué dar. Tú decides lo que consideres que sea generoso. A Dios ama cuando das porque quieres, por amor y deseo de ser como Él.
La gente suele decir: “Da hasta que duela”. ¡No! Da hasta que te sientas bien. Da hasta que te dé alegría. No des de mala gana. No des bajo presión. Dios ama al que da con alegría.
Esa es la premisa. Ahora, aquí está la promesa: “Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros” 2 Corintios 9:8 (NTV).
Dios es capaz de proveer todo lo que necesitas y más. Está esperando verte dando alegre, generosa y espontáneamente, desde el corazón.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué significa para ti ser generoso y sacrificado a la hora de dar?
- Describe parte de la alegría que has experimentado al dar generosamente. ¿Por qué crees que trajo alegría?
- ¿Qué necesitas que Dios te provea? ¿Cómo puedes regalar más de esa cosa para que Dios la multiplique?
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