Dar permiso a otros para que hablen a nuestra vida nos ayuda a evitar errores.
Ayer aprendimos que todos somos responsables ante alguien. Veamos hoy los beneficios de rendir cuentas:
NOS DA UNA DIRECCIÓN CLARA. La sinceridad acerca de sus faltas le brinda la oportunidad de escuchar buen consejo y aliento. Esto le ayudará a hacer y a ser todo lo que Dios tiene en mente.
NOS HACE MÁS ÍNTEGROS. Si tiene que rendir cuentas a alguien, es más probable que sea sincero y transparente.
NOS HACE MEJORES MAYORDOMOS. Tener en cuenta la manera en que usa el dinero, el tiempo o las habilidades, le ayuda a tener cuidado de no desperdiciar esos recursos.
NOS PROTEGE DE LOS EXCESOS. Como hijos de Dios, somos libres en Cristo, pero alguien a quien rendimos cuentas nos ayuda a mantener el equilibrio y nos protege de abusar de las libertades.
NOS AYUDA A EXAMINARNOS. Otra persona a menudo puede señalar lo que no podemos ver en nosotros mismos.
NOS PROTEGE DE LAS MALAS RELACIONES. Si usted rinde cuenta de los lugares a los que va y de las personas con las que pasa tiempo, es más probable que tome decisiones prudentes.
La libertad sin límites puede parecer una gran bendición, pero puede ser una receta para el desastre. ¿Le rinde cuentas a alguien de cómo maneja el dinero, el tiempo y cómo se relaciona con los demás? Si no es así, de este paso, lo cual revela un corazón que anhela agradar a Dios.
Biblia en un año: Nahúm 1-3
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