Yo nunca perdí a nadie...
A mi, me perdieron.
Y es que siempre me esmeré por dar lo mejor.
Me entregué sin condiciones, arriesgué todo por amor.
Luché muchas veces con ese ser insoportable que llevo dentro.
Tenía miles de miedos y varios Demonios internos.
Pero aún con todo eso, yo siempre estuve ahí, mostrando y dando la mejor versión de mí.
No me arrepiento de lo entregado y mucho menos del tiempo dedicado.
Me quedo con aquella tranquilidad de saber que todo lo que hice fue con buena intención.
Todo lo que di, fué realmente sincero y de corazón.
Y es que yo jamás perdí...
A mí me perdieron.
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