martes, 30 de enero de 2024

El festejo como guerra


Montañas de San Juan, Colorado. Fotografía por Charles F. Stanley.



 Ser agradecidos nos protege de la trampa del descontento y del esfuerzo incesante.

30 de enero de 2024

Salmo 23.4-6

El Salmo 23 describe al banquete como una forma de confianza en medio de la adversidad. Imagínese el valor que se necesitaría para sentarse en un banquete con los enemigos que le rodean. Sin embargo, esta es la invitación que Dios nos hace en cada lucha y prueba: Ven. Siéntate a mi mesa y descansa. He preparado un lugar para ti en presencia de tus enemigos.

¿Qué nos impide sentarnos a la mesa de Dios y regocijarnos en la fidelidad de Dios? Me vienen a la mente tres obstáculos: el esfuerzo, el descontento y el engaño. El esfuerzo es la sensación de que debemos seguir avanzando en busca del éxito, dinero y reconocimiento. Pensamos: Tener más es mejor, y el descanso es para los débiles. Esta incapacidad para disminuir la velocidad y apreciar las bendiciones de Dios genera insatisfacción. El esfuerzo competitivo y la insatisfacción del mundo son alimentados por la mentira del enemigo: mi camino es mejor que el de Dios.

Pero cuando festejamos, declaramos que el camino de Dios de gratitud, descanso y simplicidad es mejor que el camino equivocado del mundo. Festejamos para desafiar las mentiras del enemigo. De esta manera, festejar, disminuir la velocidad para saborear las bendiciones de Dios y recordar su fidelidad, es un acto de guerra espiritual. Festejar es confiar en el Señor.

Biblia en un año: LEVÍTICO 1-4

Montañas de San Juan, Colorado. Fotografía por Charles F. Stanley.

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