Gabriela Gottau
Para hacer frente al ritmo de vida vertiginoso que predomina en la actualidad ha nacido un movimiento denominado Slow Life, te contamos en qué consiste este estilo de vida que propone desacelerar para cuidar la salud física, mental y emocional.
Slow Life o Slow Living para cuidar la salud
Proponiendo un modo de vida diferente en el cual podamos disfrutar de cada una de las cosas que vivimos a diario y ser plenamente conscientes de cómo actividades cotidianas afectan nuestro cuerpo el Slow Life o el Slow Living propone un modo de vida más lento.
Intentando desacelerar el ritmo de vida actual y ante todo propiciar la salud así como disfrutar de lo que se vive, el Slow Life hoy es muy aplicado entre los jóvenes y puede beneficiar la salud mental y emocional reduciendo por ejemplo los niveles de estrés y ansiedad
Prestando atención y siendo conscientes de lo que ocurre en nuestro cuerpo así como también a nuestro alrededor, el Slow Life pretende ayudarnos a aprender a vivir más relajados y sin dejarnos llevar por el ritmo vertiginoso actual, pudiendo esto ser favorable para equilibrar nuestra vida personal, social y laboral en beneficio propio.
Estrategias para poner en práctica el Slow Life
Desacelerar en un mundo acelerado puede no ser una tarea fácil; sin embargo, las siguientes estrategias pueden ser de gran ayuda para poner en práctica el llamado Slow Life y modificar considerablemente nuestro estilo de vida:
Meditar cada día
Ayuda a conectarnos con nuestro cuerpo, a respirar en momentos en los que perdemos el control, y a vivir disfrutando y tomando conciencia del impacto de lo que ocurre en el mundo sobre nuestro cuerpo.
Restar pantallas y redes sociales
El uso de pantallas y redes sociales es uno de los responsables de nuestro ritmo de vida acelerado así como también de los altos niveles de estrés y ansiedad en muchas personas.
Por eso, para aprender a conectarnos con nuestro cuerpo limitando las influencias externas, y al mismo tiempo beneficiar la salud mental y emocional, aprendiendo a relajarnos y a desacelerar, resulta clave restar el uso de pantallas y de redes sociales.
Sumar contacto con la naturaleza
Sumar contacto con la naturaleza sin duda resulta beneficioso para relajarnos, reducir el estrés y beneficiar la salud mental y emocional en diferentes aspectos.
Comer a conciencia y con tiempo
Para acercarnos al estilo de vida Slow Life resulta fundamental cuidar nuestra alimentación, sentándonos a comer cada vez que lo hagamos y degustando de forma lenta cada bocado, de manera de favorecer una alimentación más consciente.
Prestar atención a las señales de nuestro cuerpo, disfrutar de cada bocado que ingresa a la boca, y evitar el picoteo entre horas o comer mientras estamos realizando otras actividades y con prisas, resulta fundamental para llevar un estilo de vida más relajado y enfrentar el vertiginoso tiempo actual
Practicar actividades relajantes
Si bien todo tipo de actividad física puede ayudar a reducir los niveles de estrés en el organismo, para favorecer el logro del Slow Life es recomendable practicar actividades que no exijan competencia ni gran desgaste físico, sino que ayuden a conectarnos con nuestro cuerpo.
Así, actividades como el yoga o el pilates son las más utilizadas por quienes pretenden desacelerar en beneficio de la salud.
Esto es el Slow Life y diferentes estrategias para poner en práctica este estilo de vida que pretende beneficiar la salud física, mental y emocional.
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