Montañas Dolomitas, Italia. Fotografía por Charles F. Stanley. |
Nuestro amoroso Padre celestial pone su sabiduría a nuestra disposición cada día; solo tenemos que pedirla.
Cuando usted se enfrenta a una decisión, no importa cuán grande o pequeña sea, es importante esperar la dirección y el tiempo de Dios. Y aunque pueda sonar paradójico, hay tres maneras en las que podemos tomar un papel activo en el proceso de la espera:
1. Debemos examinar nuestro corazón, al pedirle al Espíritu Santo que saque a la luz cualquier pecado. Si lo hace, es importante que nos ocupemos de ello de inmediato: al confesarlo, arrepentirnos y hacer lo que sea necesario para corregir la situación.
2. Al buscar dirección, debemos escuchar con paciencia y atención al Señor. Una postura neutral puede ayudarnos a escucharlo con claridad, pero esperar puede ser difícil, en especial cuando la lógica, las emociones o las preferencias personales nos llevan a favorecer una opción sobre todas las demás.
3. La respuesta a nuestra oración a veces requiere nuestra participación. Tenemos la responsabilidad no solo de presentar a Dios peticiones y buscar su dirección, sino también de llevar a cabo su voluntad cuando sea necesario.
La oración es un hermoso privilegio que el Padre celestial concede a sus hijos. Él desea que tengamos una vida abundante, y por eso debemos buscar su voluntad y escuchar su voz.
Biblia en un año: JOSUÉ 10-12
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