Wausau, Wisconsin. Fotografía por Charles F. Stanley. |
Si anhela una relación más profunda y satisfactoria con el Señor, busque poner en práctica lo que dice la Palabra.
Santiago 1.22 dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”. Este versículo nos enseña la importancia de la intencionalidad en nuestra peregrinación de fe. Como cristianos, se nos ofrece una abundancia de información, como sermones, libros, podcasts y conferencias para ayudarnos a crecer en la fe.
Así como podríamos plantar y cuidar una semilla para que dé fruto, nuestra fe requiere intencionalidad. Escuchar la Palabra de Dios es el comienzo, pero tener fe consiste en poner en práctica lo que creemos. Cuando aplicamos conscientemente las verdades de Dios a nuestra vida, nos convertimos en un recipiente de su amor y su gracia para quienes nos rodean. Esto implica preguntarnos cómo podemos encarnar la Palabra de Dios por medio de nuestras acciones. Después de todo, es a través de las demostraciones de amabilidad, perdón y amor que damos testimonio de nuestra fe en Cristo.
Entonces, mientras realiza sus actividades diarias, considere maneras de ejercer su fe. Los pequeños actos de amabilidad, las palabras de ánimo y los momentos de oración pueden tener un impacto profundo. Y cuanto más se conviertan estas cosas en su objetivo, más experimentará la intimidad en su relación con Dios.
Biblia en un año: JUECES 7-9
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