Sentir necesidad de orinar durante la noche no es extraño. Sin embargo, cuando ocurre con frecuencia y es preciso levantarse más de dos veces para ir al baño, se convierte en un problema denominado nocturia. Como explica Carlos Hernández, jefe del Servicio de Urología del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid: "Levantarse entre tres y seis veces cada noche para orinar ocasiona muchos problemas". Los más comunes son pérdida de la calidad del sueño, sensación de cansancio al despertar e, incluso, debilitamiento del sistema inmunitario.
“La nocturia es un síntoma que provoca un considerable descenso de la calidad del sueño de las personas que lo padecen. Una de las causas de la nocturia es la hiperplasia de próstata. Esta afección, que habitualmente es benigna, consiste en un aumento del tamaño de la próstata que obstruye parcialmente la uretra, lo que impide el vaciado de la vejiga”, afirma el experto.
Cuando alguien con este problema orina, sólo micciona una proporción del líquido acumulado -una tercera parte o dos terceras partes, dependiendo de cada paciente. Este vaciado insuficiente provoca que después de poco tiempo la vejiga esté llena de nuevo, lo que obliga al enfermo a evacuar otra vez.
Cualquier persona puede padecer nocturia, pero es más común entre las mayores de 50 años. Esta hiperplasia benigna de próstata que provoca la nocturia afecta en mayor o menor grado a la mayoría de los hombres a lo largo de su vida. Entre el 80 y el 95 por ciento de los hombres mayores de 80 años la padecen.
Se considera que el estímulo de los andrógenos es el que hace que el tejido prostático prolifere y, por lo tanto, crezca el tamaño de la próstata. La próstata empieza a aumentar de tamaño hacia la cuarta década de la vida y con el paso del tiempo este aumento de tamaño y la proliferación del tejido se aceleran. El equilibrio entre los niveles de estrógenos y testosterona también parecen influir en el desarrollo de la hiperplasia benigna de próstata. “Los pacientes con nocturia acuden antes al urólogo que los enfermos con hiperplasia benigna de próstata que no padecen la disfunción. Este hecho muestra lo molesto que puede ser el síntoma para los enfermos", explica el especialista. De hecho, también se midió cómo afectaba la nocturia a la calidad de vida, comprobándose un descenso notable.
Posibles consecuencias de esta nocturia pueden ser las repercusiones en el sueño o la depresión.
Repercusiones en el sueño
Hernández ha demostrado que los enfermos con hiperplasia de próstata con nocturia demandan más tratamiento que los que no padecen este síntoma. "La terapia que ha demostrado más eficacia son los alfabloqueantes que relajan la musculatura prostática, permitiendo el vaciamiento más sencillo de la vejiga y disminuyendo los síntomas nocturnos".
Si los pacientes no mejoran con alfabloqueantes sólo les queda la opción de la cirugía: "La solución quirúrgica intenta reducir la hiperplasia mediante la reducción del tamaño prostático para facilitar el vaciado".
La hiperplasia es una enfermedad evolutiva. Algunos pacientes se estabilizan; sin embargo, más del 50 por ciento empeora en sus síntomas, incrementando la incomodidad, la sensación de urgencia y la frecuencia miccional durante el día, lo que ocasiona incontinencia urinaria.
Depresión
"Un paciente con nocturia tiene seis veces más posibilidades de desarrollar depresión en comparación con personas que no padecen este síntoma. De hecho, el tratamiento con antidepresivos es cinco veces más común en ancianos con nocturia".
Conocer el número de despertares es importante para estimar cómo afecta la nocturia: "Cuanto más hay, mayor es el impacto en la calidad de vida del afectado", ha explicado Emmanuel Chartier-Kastler, profesor de Urología en la Escuela Pierre y Marie Curie, de la Universidad de París, que aboga por la necesidad de evaluaciones precisas a los pacientes, que incluyan el número de micciones nocturnas, su cantidad y los periodos de insomnio tras los despertares nocturnos.
Según la Organización Mundial de la Salud, las recomendaciones para prevenir o controlar estos síntomas pueden ser los siguientes:
- Seguir una dieta rica en vegetales (brócoli, coliflor, repollo, col, berros, tomates, rábano), frutas, legumbres, soja y derivados, y un bajo contenido en carnes rojas, grasas saturadas, sal azúcar y calcio.
- Tomar cereales integrales y grasa de origen vegetal.
- Evitar el sobrepeso y la obesidad haciendo deporte.
- Acostarse en posición horizontal.
- Evitar los viajes largos que nos insten a aguantar mucho tiempo sin orinar.
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