Parque Nacional de los Glaciares, Montana. Fotografía por Charles F. Stanley. |
Como creyentes, se nos han dado habilidades para que las usemos durante nuestra vida. Primera de Pedro 4.10 dice que tenemos la responsabilidad de responder a esta gracia divina sirviéndonos unos a otros. Es importante que nos demos cuenta de que estos dones no son solo para nuestro beneficio, son para que impacten las vidas de quienes nos rodean. Dios es glorificado cuando lo hacemos en dependencia de Él para recibir guía y fortaleza.
El Señor quiere que reconozcamos que nuestras capacidades provienen de Él, y que las utilicemos para sembrar semillas de amor y compasión. Cuando nos servimos unos a otros, nos convertimos en vasos de la gracia de Dios, enriqueciendo el Cuerpo de Cristo y haciendo brillar su luz en el mundo.
Piense en sus talentos. ¿Qué le gusta hacer? ¿Qué le llena de alegría al servir al Señor? Estas capacidades le han sido otorgadas de manera intencional por el Señor.
Como se indica en el pasaje de hoy, los creyentes debemos administrar bien las capacidades que Dios nos ha dado, utilizándolas con generosidad en beneficio de los demás (Ef 4.11, 12). Así que, acepte con humildad y gratitud los dones que tiene. Y utilícelos para alentar a quienes le rodean, sanar sus heridas y compartirles el amor de Dios.
Biblia en un año: 1 CRÓNICAS 4-6
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