 |
| Abadía de Melk, Melk, Austria. Fotografía por Charles F. Stanley |
Si siente que el pecado está obstaculizando sus oraciones, recuerde que Dios es misericordioso y perdonador.
Ayer vimos varias razones por las que una oración puede parecer no ser respondida. Pensemos hoy en los momentos en los que tenemos un corazón recto y hacemos una petición en consonancia con la voluntad del Señor, pero Él permanece en silencio.
Dios puede estar esperando porque nuestro anhelo por Él corre el peligro de ser sustituido por nuestro deseo de algo más. A menos que tengamos cuidado, tales deseos podrían desviar nuestra atención del Señor.
En otras ocasiones, Dios usa las demoras para prepararnos para una mayor bendición o un servicio futuro. Podría estar protegiéndonos de malas consecuencias, o quizás quiera fortalecer nuestra confianza. Una fe firme significa creerle a Él incluso en las pruebas, perseverar mientras esperamos una respuesta y tener la confianza de que Él siempre cumple sus promesas.
Pero tenga en cuenta que el pecado no confesado obstaculiza nuestras oraciones. Por tanto, si una respuesta parece estar “en espera”, es sabio examinarnos a nosotros mismos. Dios promete perdonarnos si reconocemos nuestro pecado y nos apartamos de él. Eso eliminará cualquier “obstáculo” entre nosotros y nuestro Padre celestial. Entonces podremos escuchar su voz y llevar a cabo obedientemente lo que Él nos pida.
Biblia en un año: ISAÍAS 8-10
No hay comentarios:
Publicar un comentario