Lucerna, Suiza. Fotografía por Charles F. Stanley |
Las pruebas son una oportunidad para experimentar la fidelidad y el poder de nuestro Padre celestial.
El apóstol Pablo pasó más de la mitad de su vida sirviendo a Cristo y, a pesar de eso, sufrió. No parece justo, ¿cierto? ¿Por qué quiso Dios que uno de sus siervos pasara por tanto dolor? Podemos estar haciéndonos la misma pregunta debido a los problemas que enfrentamos hoy.
Quizás podamos llegar a pensar que los cristianos fieles no merecen sufrir, pero el sufrimiento es lo que los ayuda a ser cristianos fieles. Si todos tuviéramos una vida sin pruebas ni dolor, nunca conoceríamos de verdad a Dios, porque nunca lo necesitaríamos. La adversidad nos enseña más sobre el Señor que simplemente leer la Biblia. Si lo que creemos nunca es puesto a prueba por la adversidad, seguiremos teniendo solo un conocimiento intelectual. El Señor nos brinda oportunidades para aplicar las verdades bíblicas a las dificultades que enfrentamos, y en el proceso, encontramos que Él es fiel. Por ejemplo, ¿cómo habría conocido Pablo la fortaleza de Cristo si nunca hubiera sido debilitado por la persecución, el dolor y la adversidad?
Las pruebas pueden fortalecer nuestra fe o desanimarnos. Si cree lo que dice la Biblia y aplica sus principios a su situación, su confianza en Dios crecerá. De esa manera, su fe se fortalecerá por medio de la adversidad.
Biblia en un año: ECLESIASTÉS 1-4
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