Maui, Hawái. Fotografía por Charles F. Stanley |
Cuando el deseo de nuestro corazón es honrar a Dios, Él nos dará una dirección clara para los desafíos de la vida.
Aunque Daniel vivía como un cautivo en Babilonia, resolvió en su corazón no violar las leyes de Dios. ¿Qué motivó a este joven a cumplir tal promesa?
La devoción a Dios. Daniel determinó que no desobedecería a Dios ni se contaminaría. La dedicación a Dios significa elegir estar apartado para amarlo, adorarlo y obedecerlo solo a Él. Al centrar nuestra atención en Cristo, nuestro corazón rebosará de agradecimiento y estaremos motivados para mantenernos firmes.
Una dirección clara. Si Daniel hubiera rechazado de plano comer la comida del rey, quizás habría muerto. El Señor les dio a él y a sus amigos la sabiduría que necesitaban para desarrollar un plan alternativo, y también les dio luego el valor para pedir permiso para llevarlo a cabo. Observe que no hubo ninguna exigencia ruidosa, argumentación o espíritu rebelde. Su comportamiento se caracterizó por la confianza en Dios y la dependencia de Él.
Por medio de la oración diaria y la meditación en la Palabra de Dios, podemos mantener nuestra mirada en Cristo, nuestros oídos atentos a su voz, y nuestro corazón motivado para obedecer. De manera que, seremos capaces de comprometernos de todo corazón como lo hizo Daniel. Así que, pregúntese: ¿Qué tan ansioso estoy por hacer la voluntad de Dios?
Biblia en un año: JEREMÍAS 46-48
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