La Piedra: Un Reflejo de la Humanidad
La piedra, un elemento simple y omnipresente, se convierte en un espejo de la humanidad. No es la piedra la que cambia, sino la percepción y la acción del individuo que se encuentra con ella.
El distraído la ve como un obstáculo, un tropiezo en su camino. El violento la utiliza como un arma, un instrumento de su furia. El emprendedor la ve como materia prima, un elemento para construir su futuro. El campesino cansado, la utiliza como un simple apoyo, un momento de descanso en su labor. Para los niños, es un juguete, un objeto de exploración y juego. David, con su fe y valentía, la convierte en un arma de justicia, mientras que Miguel Ángel, con su genio, la transforma en una obra de arte que inspira a la humanidad.
La piedra, en su inmovilidad, refleja la diversidad de la experiencia humana. Es un recordatorio de que la verdadera diferencia no reside en las circunstancias, sino en la forma en que las interpretamos y las utilizamos.
Cada uno de nosotros, al encontrarnos con una piedra, tiene la posibilidad de elegir: ser el distraído, el violento, el emprendedor, el campesino, el niño, el David o el Miguel Ángel. La piedra, en su sencillez, nos ofrece un lienzo en blanco para proyectar nuestra propia visión del mundo.
No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento. Cada obstáculo, cada dificultad, cada oportunidad, es una piedra que puede ser transformada en un escalón hacia la superación. La elección, como siempre, está en nuestras manos.
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