sábado, 5 de octubre de 2024

Correr con el alma

Estimado corredor: 
No importa que corras un kilómetro o tres o cinco o diez o medio maratón o maratón completo; vaya, no importa que seas ultramaratonista. La distancia es lo de menos, lo importante para todo corredor es la disciplina. Adquirir el hábito y mantenerlo hasta convertirlo a prueba de todo; a prueba de clima, fiestas, trabajo, estudio y tiempo. Quién logra librarse de las excusas y se pone los tenis y sale a la calle, a la montaña, a la playa, a la ciudad, ese termina siendo un corredor. Y ese no es modo alguno un gran título. Por ser corredor, al menos a nivel aficionado, como nosotros, nunca nos darán un premio o un aplauso, a lo sumo una medalla por completar una carrera, pero una medalla no nos hace corredor, tampoco los zapatos, porque podemos gastar cientos o miles de dólares en artículos deportivos, lentes, relojes, ropa, etc. podemos gastar nuestro dinero en cosas, pero eso no nos hace corredores, nos  hace consumidores. 

Ser corredor tampoco es una competencia en contra de los demás, es una carrera personal en contra de nosotros mismos, en contra de la comodidad de estar sentado frente a la pantalla de una teléfono celular viendo la vida de los demás, y como la nuestra pasa. 

Ser corredor es conocer nuestro cuerpo y sus límites, saber hasta dónde somos capaces de llegar por nuestros propios medios, descubrir que somos cuerpo y un algo más ¿Alma, mente o espíritu? que nos mueve y da fuerza, que nos hace resistir y superar el dolor, que nos hace avanzar, que nos hace llegar a cualquier meta, no importando la distancia.  
 
Por eso no importa cuánto corras, importa el deseo, la constancia, la disciplina, el descubrimiento de esas sensaciones que solamente la actividad física nos permite conocer. Nos quedamos sin aire, queremos vomitar, queremos detenernos, queremos mandar todo al carajo y simplemente desistir de seguir corriendo, pero no lo hacemos, seguimos y descubrimos que todo termina una vez cruzamos la meta; y luego, al siguiente día estamos una vez más con una nueva meta en mente. 

Si alguna vez estás deprimido y no podes correr, date una vuelta por una carrera, cualquiera, no importa, y quédate justo en la línea de meta, observa el rostro de las personas al llegar, en ese rostro podrás encontrar otro tipo de felicidad, una que está llena de mucho coraje, determinación, una felicidad de victoria.

No importa cuánto corras,  corre hasta descubrir que correr no es una molestia, ni mucho menos una moda pasajera. Correr es sentir la fuerza de la vida junto a nosotros. Correr es conocernos a nosotros mismos. Eso es correr. Y lo disfrutamos.

ENTRErunners.

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