viernes, 25 de octubre de 2024

La vida es un corto sueño

La vida es un corto paso dónde tienes vivencias buenas o malas según lo que hagas.
Tienes que aprender que todo el mal paso se paga y todo lo bueno se premia.
Paso a paso enfrentamos los días y el tiempo, nos acompañan la conciencia y también las actuaciones con sus acciones.

Así con el crecimiento aprendí que la vida es un instante, un suspiro, y que me fue prestada para vivirla, que no sé cuando me será reclamada, así comprendí que mi obligación es vivirla a pleno, sentir hasta que el alma me estalle, beberla a borbotones y embriagarme de ella.

Aprendí que el amor no se elige, llega cuando menos lo esperas y arrasa la vida tal cual la conocías, cual si fuese un huracán tira todas tus estanterías y pone a temblar el alma, que no viene con garantías, pero el riesgo mas grande es no correr los riesgos.
Tuve que saber que la mayor prisión es callar lo que sentimos, que lo que no decimos nos ahoga un poco más cada día, que el silencio es a veces un grito mudo del alma aprisionada, que callar nos apaga, nos mata poco a poco.

Aprendí que quienes me aman no me juzgarán, quizás no me entiendan y crean que estoy un poco loca, pero me aman tal cual soy. Y que si me juzgan en realidad no me aman a mí, aman la imagen que ellos se han creado de persona.

Aprendí que no hay coincidencias, no existe la casualidad, que todo es causalidad, cada instante de la vida es un eslabón conectado con el siguiente en la cadena de la vida, que todo tiene un porqué y un para qué, nada esta sujeto al azar, y te lleva a donde debes ir.

Aprendí que el miedo es una enfermedad, algo así como una paralisis que te impide llegar a destino, que te obliga a ver la vida pasar. Que el miedo ciega, engaña, te venda los ojos, te corta las alas.

Aprendí que la verdad puede doler, pero dolerá una vez, la mentira en cambio dolerá cada vez que la recuerdes; que cuesta mucho trabajo mantener una mentira y que una mentira tiene de rehén a quien la dice.

Aprendí que los sueños están para cumplirlos, que obstáculos se saltan si no perdemos de vista el objetivo. Que mas vale intentarlo y fracasar que no haberlo intentado nunca, que si no lo intentas no sabrás nunca de lo que eres capaz.

En fin... Aprendí que para vivir no alcanza con existir, hay que ir más allá de lo previsto. Para vivir hay que arriesgar las alas para volar después de caer.

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