Ricardo José Aguirre González (nació en Maracaibo, 9 de mayo de 1939 -y falleció el 8 de noviembre de 1969), conocido simplemente como "Ricardo Aguirre". Fue un cantante, compositor, músico, maestro y locutor venezolano, apodado «El Monumental de la Gaita» o «El Padre de la Gaita». Y él compuso el éxito de la gaita venezolana LA GREY ZULIANA. Hoy 8 de noviembre se cumplen 55 años de la súbita y prematura muerte del maestro-gaitero Ricardo Aguirre. La muerte lo sorprendió en las sinuosas calles del sector Veritas, en la lluviosa mañana del 8 de noviembre de 1969. Sus ojos miopes, la fatiga por el exceso de bohemia y la poca luminosidad de la hora (6:00am aproximadamente) se confabularon para truncar su vida de apenas 30 años. Al recordar a Ricardo Aguirre, pienso en su temprana vocación por la enseñanza, ese llamado de vida que lo llevó a educarse en Rubio, estado Táchira. Egresó a los 19 años de edad de la Escuela Normal "Gervasio Rubio", en el año 1958. Pienso en su manifiesto amor por la radiodifusión, por la radio densa, con poemas, biografías, comentarios inteligentes, acompañados de su persuasiva voz, con su timbre de tenor abaritonado. Realizó su trabajó como radiodifusor en la emisora La Voz de la Fe 580AM, en el año 1962. Ricardo nació cerca de la avenida El Milagro, en las riveras del modesto puente O´Leary, el 9 de mayo del 39, en una ciudad que no terminaba de llorar la muerte del "Morocho del Abasto" Carlos Gardel, el zorzal austral que cuatro años antes, en mayo de 1935, había venido a Maracaibo para cortejarla con sus tangos y su alto carisma. Eso explica el amor que tenía Aguirre y los cantantes de su generación por la trova porteña, así como su atinado apresto para interpretarla. Por esas década de los treinta y cuarenta el tango mandaba en las incipientes emisoras venezolanas.
Debemos reconocer que Ricardo logró hacerse de un nombre respetado como artista, con sólo ocho años de carrera profesional. Estuvo en la génesis de la divisa Cardenales del Éxito en 1962, fue vocalista líder del Conjunto Saladillo en los años 1967 y 1968, y en sólo siete temporadas gaiteras logró sembrar en el gusto popular más de veinte gaitas que ahora se consideran, con justicia, piezas clásicas e imperecederas. Su interpretación era solemne, sin gritos ni "ayayais", afinado a toda prueba, con una gran voz registrada en los disco de larga duración de vinilo donde participó. A pesar de grabar en los estudios de "Grabenca" en los Haticos, y en "Sonográfica" cerca de la calle Falcón, con equipos elementales, "flats" o planos en sus registros, precarios, sin cajas de ecos ni afinadores electrónicos, su voz era imponente.
Sus primeras gaitas las grabó con un sólo micrófono, todo el conjunto al mismo tiempo, acústico, marcando las distancias entre los instrumentos y el micrófono en el piso del estudio con tiza o teipe, como una rayuela, así se realizaba la pre-ecualización. Sin embargo sus interpretaciones no tienen enmienda y se mantienen en el tiempo. Sea propicia la ocasión para felicitar a Ricardo Cepeda "El Colosal" porque está de cumpleaños. (Crédito a mi amiga Nancy Chirinos. "La Maracucha")
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